El sentimiento es conocido: la acumulación de tareas, los actos escolares, las entregas, las cuentas, el año encima, la proximidad de las Fiestas, hasta los encuentros, todo se transforma en una bola que arruina el más templado de los humores. Ese estado de desasosiego tiene nombre y apellido. Como el vitél toné, la ensalada de frutas y Papá Noel, en diciembre aparece el “estrés de fin de año”. Desde perturbaciones del sueño y contracturas hasta una profunda angustia, en un juego que va desde trastornos psíquicos hasta anímicos, con la última hoja del almanaque se intensifica... seguir leyendo
Noche de paz, noche de amor…”, reza el villancico navideño, pero no siempre es así. Muchas veces las fiestas de navidad y año nuevo desatan estrés. En no pocas oportunidades, dan lugar incluso a confrontaciones y disgustos. Ocurre en... seguir leyendo