Cuando el gobierno porteño decidió encarar una reforma integral del sistema de luminarias (pasando de lámparas halógenas al LED), el argumento esgrimido por el entonces ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli, era que la Ciudad ahorraría un 30% en el mantenimiento del alumbrado público.
“Se espera reducir el consumo de electricidad entre un 45/50 por ciento y el de mantenimiento en un 25/30 por ciento”, explicó entonces Santilli. “El LED tiene mayor eficiencia: mayor vida útil, menor consumo, bajo costo de mantenimiento, mayor poder lumínico. Con esto, nos... seguir leyendo