Septiembre, casi casi octubre y llega la primavera, los estudiantes salen a festejar, se respira amor y flores, en los trabajos se habla de dietas, de “largar los postres” y de hacer lo que hace nueve meses no venimos haciendo: cuidarnos. El sol entra por las ventanas, el ropero empieza a tener más colores y las plazas se inundan de niños jugando. Todo parece una publicidad con sonrisas y abrazos.
¿Es tan difícil cuidarse?
Algo importante habría que tener en cuenta: no hay una fecha para hacer una rutina alimentaria saludable. El mejor momento para empezar no es mañana ni el lunes, sino hoy. Es cierto que en invierno no dan ganas de comer cosas crudas pero perfectamente se podrían incluir en la dieta salteados de verduras en vez de fideos con salsas.
Por suerte cuando llega la primavera, las verduras y frutas frescas son más variadas y coloridas y tientan un poco más. Las verdulerías parecen preparadas por fotógrafos para que rojos, verdes y naranjas nos llamen a comprar: ¡aprovechemos el llamado!
Es el momento de agregar una ensalada a las comidas, de cambiar los bizcochitos por una pera jugosa, de aprovechar las meriendas para suplantar el oscuro café por jugos naturales. Todo lo que tenga mucha agua –pepinos, tomates, verduras de hojas, frutas–, será de mucha ayuda. Porque hacer dieta no se trata de adelgazar nada más, se trata de cambiar hábitos negativos y despedirse del dulce alfajor, la crujiente medialuna y las gaseosas que nos acompañaron desde la infancia.
Patricia Casevalle, médica nutricionista del Hospital de Clínicas, no tiene dudas: “La gaseosa o los jugos no sacan la sed porque son muy dulces, además perjudican por la cantidad de calorías que incorporan”. Casevalle hace hincapié en tomar agua y más agua.
Uno, dos, tres y al otro lado. A la rutina alimentaria hay que sumarle, claro, una rutina de ejercicios. Sin tanto frío aprovechar los espacios públicos es una buena idea. Hay mucha oferta y el dinero no es excusa porque muchas actividades son gratuitas.
Ir al gimnasio es pasión de pocos. Pero salir a dar la vuelta a la manzana o acercarse a un parque a caminar evita que nos sintamos extraterrestres entre abdómenes planos y gimnastas olímpicos.
Ya desde hace unos años el Gobierno de la Ciudad instaló en parques y plazas “postas aeróbicas” que no son más que los mismos aparatos que hay en un gimnasio pero para el uso libre de los vecinos.
Además, hay clases de gimnasia y de yoga en distintos puntos de la ciudad. Las Estaciones Saludables, así se llaman, se concentran principalmente en el norte porteño pero también están en Parque Patricios, Parque Chacabuco y en el Parque Indoamericano. Tienen actividades en distintos horarios durante toda la semana.
Judith, de 48 años, suele huir de los gimnasios ruidosos y llenos de gente. Así que apenas descubrió la Estación Saludable se hizo fanática y va todos los fines de semana. Toma una clase de gimnasia y también la que le sigue, una mezcla de chi kun y yoga: “Voy los sábados y a veces los domingos de 10 a 12, porque en la semana trabajo. La de Parque Patricios queda a 15 cuadras de mi casa, es la más cercana”. En el mismo lugar, dice, “me controlaron la presión, la glucosa y el colesterol, me ofrecieron frutas y me recomendaron una dieta saludable”. También Judith subraya que “la disposición de los profesores es muy buena”.
Generalmente, junto a las estaciones saludables también se organizan juegotecas o “plazas secas”, donde un grupo de jóvenes propone varias actividades y orienta a los más pequeños.
Flores y estornudos
Claro que la primavera también es la época del año cuando las flores polinizan –o sea, buscan reproducirse– y los árboles callejeros largan esas bolitas de semillas que se meten en los ojos. El polen va de acá para allá y los ácaros se hacen una fiesta porque el clima permite que se desplacen mejor. Si bien los alérgicos sufren en todas las estaciones del año, en primavera todo parece más intenso.
Lamentablemente, poca gente acude a los médicos alergistas para buscar una solución. Lo habitual es ir a la góndola de “venta libre” de la farmacia y comprar económicas cápsulas de loratadina. Pero lo habitual no es lo mejor.
Marta Seoane, jefa del Departamento de Alergias del Hospital de Clínicas, plantea que: “La loratadina sólo es la droga con más publicidad, no es la más efectiva y no es específica. Es preferible averiguar a qué se le tiene alergia y actuar sobre eso con vacunas cutáneas u orales”. Aunque la fecha de las alergias ya esté un poco encima, nunca es tarde para sacar un turno y hacerse el test de alergias de hoy, que no incluye nada de agujas.
Algunas recomendaciones sencillas: es preferible pasar la aspiradora que barrer, así no se levantan los ácaros; hay que evitar alfombras y telas o limpiarlas regularmente, y es importante ventilar los ambientes, cepillar a las mascotas y no juntar muñecos de peluche en los dormitorios. Con eso nos irá mejor. Atchíiiiis.
Ensaladas para romper la rutina
• Colorida
Ingredientes: naranja, kiwi, cebolla, tomates, morrón rojo o amarillo.
Pelar todo y cortar el kiwi en rodajas y luego en cuartos. Separar los gajos de naranja evitando que las venitas blancas queden gruesas. Picar la cebolla, cortar el tomate en cubitos y el morrón en juliana. Mezclar todo y sazonar con sal, pimienta negra, aceite y vinagre. Se puede agregar: ananá, peras, manzana o frutillas.
• Más fuerte
Ingredientes: una lechuga, cuatro frutillas, 100 g de queso roquefort, 100 g de queso fresco.
Cortar la lechuga en partes grandes, las frutillas en fetas delgadas, el roquefort en pedazos y el queso fresco en cubos. Mezclar todo con aceite (de oliva o de maíz) y rectificar con una pizca de sal.
• Fresquísima
Ingredientes: pepino, melón, apio y manzana verde
Pelar y cortar todo: el pepino en rodajas finas, el melón y la manzana verde en cubos y el apio en rueditas. Mezclar y condimentar con sal, pimienta, vinagre y aceite. Esta ensalada fresca aporta mucha agua para días calurosos
Jugos: ricos y sanos
Para los porteños, jugo es sinónimo de exprimido de naranja o licuado de banana. Sin embargo, hay muchísimas frutas y verduras que se pueden usar para hacer jugos. Cuanto más variado el contenido, más nutrientes y más beneficios. Si intentamos reemplazar algunas infusiones –café/ té– por jugos, podemos aprovechar recetas simples que, además, aportan vitamina C, hierro y energía y ayudan a aliviar los molestos síntomas de la alergia primaveral.
• De frutilla y manzana: purifica la sangre y limpia el organismo, si se le agregan las hojas alivia los síntomas de la alergia. Se necesitan tres manzanas y ocho frutillas, lavadas y secas. Se licúa todo y se sirve.
• Cóctel de vitamina C: aporta la dosis diaria de vitamina C para un adulto y hierro. Se puede tomar día por medio y es muy recomandable para desayunar. Se necesitan 15 o 20 frutillas, el jugo de un limón, una rodaja de ananá, y licuar.
• De remolacha, ananá y perejil: aporta hierro y vitamina C. Se puede tomar cada tres días. Se licúa una remolacha chica, un puñado de perejil y una rodaja de ananá, que aporta sabor.
En todos los casos, si se necesita endulzar el jugo, siempre es mejor agregarle miel o azúcar mascabó que azúcar refinada. ¿Nos animamos?
Cuidados para los más chiquitos
Durante el invierno se repite la frase: “Hoy a la plaza no, que hace frío o llueve”. En primavera se acabaron las excusas y los chicos quieren salir al sol, correr, patear pelotas, hacer amigos o armar castillos de arena. La plaza es lo más parecido a las vacaciones que hay en el barrio y los chicos ya esperaron mucho tiempo para volver. Pero para que la alegría sea completa hay que tomar algunas precauciones.
El sol y los mosquitos
Aunque no sea verano hay que estar atentos con el sol, en primavera la franja de 12 a 16 horas sigue siendo riesgosa para la piel sensible de nenes y nenas. Es importante poner protector solar en las zonas descubiertas y reponer cada dos horas o si se moja. De esta forma la piel se irá preparando para el fuertísimo sol de verano.
Al igual que los adultos, los chicos tienen que beber mucho líquido, mucha agua y rehidratarse permanentemente. Las gaseosas y los jugos artificiales no nutren ni hidratan: mejor ofrecerles leche fría, jugos naturales, frutas jugosas y agua. Sobre todo, agua.
Con las flores y el calorcito llegan también los mosquitos al ataque. Cuando pican, si los chicos se rascan, se abre el camino para que la picadura se infecte. Mejor prevenir con citronela para los más bebés y con repelente común para los más grandecitos.
La primavera es un ensayo general del verano. Lo que aprendamos ahora va a servir para los próximos meses. Incorporar frutas y verduras a la dieta de los chicos asegura que estén fuertes y sanos para jugar y divertirse. Por eso, las viandas del cole pueden dejar de ser un sándwich con mayonesa y empezar a ser un salpicón de pollo con papa, zanahorias y choclo.
Pequeñas ideas para los más pequeños que los van a ayudar a crecer sanos y mantener buenos hábitos cuando sean grandes.
Estaciones saludables: www.buenosaires.gob. ar/redentodoestasvos
DZ/rg
Fuente Redacción Z
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