Casi sesenta años después, durante dos días el Parque Avellaneda celebró el Vintagerock, un festival que nace por la pasión a la música de aquellos años. Se llevó a cabo en el Centro Cultural Chacra de los Remedios, más parecido a un granero de Texas con sus portones de madera y su techo a dos aguas que a un antiguo tambo pampeano.
Un DJ con un sombrero de cowboy musicaliza la casona y las más de dos mil personas que asisten al evento mueven sus pies en alucinante coordinación al ritmo del rhythm and blues. El look no podía ser lo de menos: camperas de cuero, jopo con fijador y patillas entre ellos; vestidos a lunares, flores y rodetes en el pelo ellas. Las invitaciones a bailar son directas y las vueltas quedan reservadas para la pista. Hasta los niños se animan al baile, lookeados también como fija el evento.
Bandas locales e internacionales –como la del estadounidense Mack Stevens– suben al escenario a tocar covers y temas propios, siempre en sintonía con los años cincuenta. Unos de las más convocantes son Los Solitarios, liderada por el cantante Diego Caisin. Diego afirma que su vuelco al género se debió a un pedido del público, que se acercaba a los ensayos para pedirles que reversionaran canciones populares en estilo country. “La música de 1950 tiene una mística diferente”, dice.
Sin embargo, no todo fueron pasos y compases. Alrededor del centro cultural, los stands ofrecen camisas y camperas de época, colgantes y encendedores al estilo Zippo. Luis Franco vende CD, DVD y vinilos. En el “ambiente” también es conocido como Luisito Elvis. Empezó escuchando Creedence hasta que el Rey le voló la cabeza. Como muestra de fanatismo peregrinó hasta Memphis para visitar Graceland, la legendaria mansión de Su Majestad, y el Sun Rucords Studio, donde grabó sus primeros simples. Su puesto ofrece copias originales de discos casi imposibles de conseguir que captarían la atención de cualquier fanático o coleccionista, como el vinilo Here we a go go again! (1964) de Johnny Rivers. Luis empezó como coleccionista y, por aclamación de otros apasionados del rockabilly, se convirtió en intermediario de piezas inconseguibles.
Y hablando de coleccionismo, también hubo lugar para los viejos fierreros. En la entrada, un Chevrolet Impala celeste recibía a los visitantes, secundado por un Chevrolet Super color verde y una motocicleta Kawasaki GTO Clásica.
Roxana Chaparro es bailarina y una de las organizadoras del Vintagerock. Criada bajo el ala musical de Presley y los Stray Cats, sentencia que en esos años “sucedió algo mágico” que aún hoy se sostiene en el tiempo. Dice que deberían declarar al rock and roll como patrimonio de la humanidad, igual que al tango. Ambos son géneros populares que definitivamente llegaron a las masas para quedarse, pasen cincuenta, sesenta o cien años más.
- Dos mil personas participaron del encuentro.
- La cultura rockabilly nació en Estados Unidos en la década del 50.
- Sus principales exponentes son Elvis Presley y Chuck Berry, entre otros.
- La tercera edición tendrá lugar en la primavera de 2015.
DZ/rg
Fuente Redacción Z
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