En 1974 eran pocas las mujeres que se recibían de arquitectas, una de ellas fue Cristina Beatriz Fernández. A los pocos meses de graduarse se anotó en el Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo de Capital Federal (CPAU) y desde entonces participa activamente en la entidad. Integró la comisión directiva, fue su secretaria general y actualmente integra la comisión de Arquitectura.
–¿Cuál es su trabajo en el CPAU?
–Tenemos diversos programas, ahora estoy coordinando uno que se llama Moderna Buenos Aires, donde estamos rescatando los edificios que se hicieron a partir del año 1920, del modernismo, y los difundimos por medio de programas interactivos y de una página web.
–¿Por qué se suceden los derrumbes en la ciudad?
–La zona fundacional de la ciudad fue construida hace muchos años, es más vieja que Madrid. Por eso tanto el centro como sus barrios aledaños tienen muchas construcciones de gran valor arquitectónico pero que se encuentran en mal estado. El problema de los derrumbes muchas veces es que no se tiene en cuenta para las nuevas construcciones qué edificios hay a los lados y cómo están fundados. En CPAU aconsejamos que antes de construir un nuevo edificio se estudien bien las fundaciones de los linderos.
–¿Cómo se ha solucionado este inconveniente en otros países?
– Creo que la ciudad necesita una política de rehabilitación de edificios. Habría que producir incentivos para que las personas, sobre todo los propietarios de viejos edificios en el centro histórico que no tienen mucho dinero, puedan rehabilitar sus edificios y mejorarlos. En muchos países lo han resuelto otorgando créditos blandos.
–¿Quién es responsable en caso de derrumbes?
–Si un edificio es viejo, la responsabilidad es de los propietarios, cuando se trata de uno nuevo, toda la responsabilidad cae sobre el director de obra. Y pensamos que las leyes actuales se extralimitan en ese aspecto. Los directores de obra somos para el Código Civil una de las tres profesiones –junto con los médicos e ingenieros– que tenemos responsabilidad civil y penal. Nuestra pelea también es compartir responsabilidades, que no caiga siempre sobre nosotros; también debería recaer sobre los propietarios o aquellos que bajan costos para que las construcciones sean más baratas sin cumplir reglamentaciones. También debieran ser responsables las empresas constructoras y las compañías que hacen excavaciones y no toman los recaudos suficientes.
–¿Cómo ve a la ciudad en materia edilicia?
–Hay zonas de la ciudad que no necesitan de la ley 257 de Conservación y mantenimiento de balcones y otras partes de los edificios, porque tienen buen nivel económico y la gente cuida mucho sus edificios. Pero veo otros barrios que están muy degradados, como el Abasto, Parque Patricios, el centro o Constitución, donde hay viejos y hermosos edificios pero los vecinos no tienen dinero para rehabilitarlos.
–¿Qué le gusta de Buenos Aires como urbanista?
–Me gusta la arquitectura de Buenos Aires, la mezcla de lo nuevo y lo viejo. Esa mezcla de un edificio rehabilitado viejo junto a uno nuevo, con las nuevas tendencias arquitectónicas. Los europeos construyeron su homogeneidad a través de siglos, nosotros somos nuevos y me gusta esa mezcla .
Datos de perfil
Está casada con el arquitecto Martín Huberman. Tiene dos hijos, el cineasta Jorge Gaggero de su primer matrimonio y el arquitecto Martín Huberman, de su actual esposo, y dos nietos: “ Felipe tiene 10 años y Dante, 6, me encanta estar con ellos”.
Cristina Beatriz Fernández nació en 1948 en Palermo, donde vivió varios años. Luego se mudó a Vicente López. “Vengo a Capital dos veces por semana, los demás días trabajo desde mi casa porque el transporte es un problema”, dice.
“Me gusta leer novelas y libros de arquitectura, también me encanta tejer y coser”, concluye.
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