El documento, presentado por el Decano de la FADU, Luis Bruno, considera que: “la acción del estado en lo inmediato debe estar orientada a neutralizar el conflicto particular desocupando por la vía pacífica las tierras ocupadas, poniéndolas inmediatamente al servicio de un proyecto de reurbanización integral, además de censar a los ocupantes incorporándolos a un registro general común y asegurarles la provisión inmediata de condiciones mínimas de habitabilidad”.
El texto, por otra parte, señala que se debe “desarrollar un Plan Urbano Integral Participativo para el área Sur de la Ciudad”. Entre otros puntos, el escrito da cuenta de que “el sector de la ciudad más afectado es el denominado Cordón Sur” y que “la deficiente presencia del Estado caracterizada por la realización de una cantidad de proyectos de conjuntos habitacionales sin una mirada urbana integral ha generado una situación cada vez más desigual en relación al centro y norte de la ciudad”.
Esta postura de la universidad se enmarca en el conflito por la toma de un predio lindero a Villa 20 y tras los planes de urbanizaciones que presentaron, en forma paralela, tanto el Gobierno porteño como las familias que se encuentran en el lugar.
También explica que “la suma de planes de vivienda o proyectos de conjuntos habitacionales parciales no configura un plan urbano. Del mismo modo, un proyecto urbano integral no debe partir de cero. Por el contrario, debe recuperar todas las instancias de planificación preexistentes y actualizar una propuesta”.
“Un proyecto urbano integral tiene que abarcar la totalidad de los temas que la ciudad demanda en línea con lo establecido en el Plan Urbano Ambiental. Debe asumir la remediación ambiental que corresponda, asegurar la provisión de servicios básicos, proveer conectividad y atender el mejoramiento del transporte público. Y además, debe nutrirse de proyectos prestigiantes y espacio público de calidad”, especifica el escrito.
Finalmente, el documento sostiene: “Como lo define el Plan Urbano Ambiental, el modelo de actuación debe ser participativo e involucrar a todos los actores sociales de un territorio, a los que están dentro de los límites de los asentamientos y a los que están fuera de esos límites, ya que una de los principios que debe guiar la acción pública es contribuir a diluir esos límites para crear una sola ciudad integrada, igualitaria e inclusiva. El proyecto urbano es una herramienta donde actores con intereses aparentemente contrapuestos pueden converger en un desarrollo sinérgico, convenir un escenario como horizonte común de integración”.
DZ/pt
Fuente Redacción Z
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