Apagadas las luces de la gala, los conflictos estallan. El viernes último, las autoridades postergaron el estreno de Manon, que debía reanudar la temporada de ballet después de cuatro años, y redujeron a dos las seis funciones previstas. La dirección del teatro responsabilizó a los trabajadores «debido a reuniones gremiales sorpresivas» que habrían causado. «un perjuicio artístico devastador, un cuantioso derroche económico y un grave incumplimiento del trabajo». Efectivamente, hubo una asamblea en el escenario y otra en el foyer para reclamar el pago de la jornada del 24 de mayo, el día de la reapertura.
Otro punto de conflicto son las riesgosas condiciones de trabajo. La primera bailarina Silvina Perillo dijo que los baños están inundados, la mayoría de los ascensores no funcionan y los artistas están hacinados en tres camarines porque su lugar fue ocupado por confiterías. Pero que el mayor problema está en el escenario: «Hace 25 años que camino y bailo en el escenario del Colón, y no tengo dudas de que el piso nuevo es distinto al que había antes. Es más duro, y corremos el riesgo de lastimarnos. como bailar en el piso de mi casa. Esperamos cuatro años, y lo más importante parece que está mal hecho». Cabe recordar que el director Ricardo Bartís también canceló su estreno en el Centro Experimental por falta de vestuario, de sala de ensayos y de elementos escenográficos.
Los trabajadores sospechan que la postergación de Manon intenta tender una cortina de humo sobre los problemas que acosan a la dirección. Es que a pesar de las intenciones de seguir achicando el staff, el Gobierno tuvo que acatar el fallo del juez Guillermo Scheibler, que ordenó reincorporar a los 138 trabajadores pasados a disponibilidad.
Además, el Gobierno mandó intimaciones para que se jubilen los empleados del área escenotécnica mayores de 55 años. éstos, la ley les ofrece esa opción -y no la obligación- de jubilarse a esa edad. «argumento de que sobraba gente se cae. Hoy hay más gente, un montón de contratados por empresas privadas. En mayordomía, limpieza y seguridad, en la sala de máquinas, en la parte eléctrica. la última función de La Bohème, se mancó el telón. Y fue resuelto por el personal escenotécnico, aunque la responsabilidad fuera de la tercerizada», remató Máximo Parpagnoli, de ATE.
Cuando todavía no está saldado el conflicto con el bailarín Iñaki Urlezaga, a quien por un problema de taquilla el Gobierno se permitió no invitar a la gala, se acaba de ir de un portazo la maestra de danza Karemia Moreno. No son los únicos frentes de conflicto: trascendió que las obras de remodelación del teatro costaron 348 millones de pesos, 226 millones más de lo presupuestado originalmente. Un monto que duplica lo necesario para construir un teatro nuevo y equivale al presupuesto total de obras en las escuelas.
Fuente Redacción Z
0 Comentarios
Sé el primero en dejar un comentario!