El 2 de diciembre de 1979 fue el último partido jugado en el Gasómetro, con capacidad para 75 mil personas: un empate sin goles ante Boca. La mayoría de los espectadores no sabía que aquel clásico ya no volvería jugarse en el «Wembley porteño». Los tablones de madera sobrevivirían, con suerte, en la casa de algún nostálgico como pieza de museo. Pero la magia de aquel estadio inaugurado en 1916 vuelve a ilusionar a los cuervos treinta y tres años después. Los hinchas quieren volver a Boedo, para recuperar lo que les corresponde.
Y luego de la multitudinaria manifestación en Plaza de Mayo del 8 de marzo, los motores de esa ilusión que los hinchas de San Lorenzo llaman «volver a Boedo» volvieron a encenderse. Aún cuando el presente lo encuentre peleando por no perder la categoría.
Son los legisladores porteños quienes tienen en sus manos el poder de devolverle al Club Atlético San Lorenzo de Almagro el predio de avenida La Plata. La comisión especial creada para resolver la «restitución histórica» mantuvo reuniones informales durante el verano y tiene como objetivo analizar los distintos proyectos destinados a devolverle al club lo que nunca debió perder.
Más allá de la logística que implica construir una nueva cancha, el principal problema, como casi siempre, es el económico. El Banco Ciudad tasó el predio en 94 millones de pesos. Mauricio Macri ya se excusó en que la Ciudad no tiene plata. Y suena lógico en su visión empresarial del mundo. Para decirlo sin vueltas: si no invierte en educación, en salud o en vivienda ¿por qué lo haría en San Lorenzo? «Para algunos puede parecer un capricho, pero se trata de la historia misma de uno de los tres clubes más importantes de la ciudad, que está íntimamente ligado a Boedo, de donde nos expulsó un gobierno de facto», resaltó César Heredia, hincha del Ciclón.
Bruno Screnci, legislador del PRO que preside la Comisión Especial, había señalado a Diario Z: «Invitaremos a las autoridades de Carrefour para tratar el proyecto. Trataremos también los reclamos de los vecinos que no quieren el estadio en La Plata e Inclán. Pero estamos trabajando para encaminar el reclamo de los miles de hinchas que se manifestaron el 8 de marzo». ¿Hay motivos para ilusionarse?
En mi cabeza suena el bandoneón y la voz de Pichuco, el Gordo Troilo: «Alguien dijo una vez que yo me fui de mi barrio… ¿Cuándo? ¿pero cuándo? ¡Si siempre estoy llegando!»
DZ/km
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