Existe el mito de que el hombre tiende más a ser infiel que la mujer, porque tiene una mayor necesidad sexual. Pero un problema social como el adulterio no se puede resolver con un argumento biológico, por el contrario lo agrava, tolerando más esta conducta y el machismo contenido en ella.
El hombre lo ha hecho durante toda la vida, pero hoy la mujer también es infiel y mucho más frecuentemente de lo que imaginamos. Ahora la mujer se ha decidido a buscar afuera lo que por alguna razón no encuentra en casa.
Durante siglos las necesidades de las mujeres han sido ignoradas, sin embargo en el mundo occidental hemos cambiado, ya las mujeres son dueñas de su propia vida y se han decidido experimentar todo lo que desean, incluida la satisfacción sexual.
Afrontar el conflicto
Cuando la pareja se entera o se le confiesa la infidelidad, no existen fórmulas para enfrentar en calma la crisis, ni razones que sirvan como excusa. El tsunami se desencadena en el ciento por ciento de los casos. Los efectos son devastadores y se sufre un choque emocional muy fuerte y doloroso. La traición destruye la confianza y la seguridad que sentía la pareja entre ellos, ataca la autoestima y cada uno se siente inferior, y sin embargo sigue sintiendo una gran dependencia emocional uno hacia otro.
La pareja engañada atraviesa por diferentes fases que van desde la indiferencia hasta la cólera. Su reacción suele estar cargada de hostilidad, puede devolver la infidelidad teniendo conductas infieles, se vuelve desconfiada y anda tras cualquier pista que le asegure que la infidelidad terminó, se compara con el amante en todo y a veces lo busca personalmente.
Pero la consecuencia más frecuente y terrible es la separación, o incluso el alejamiento entre la pareja, pues hay quienes perdonan pero no olvidan y la relación juntos nunca vuelve a ser la misma. Una simple aventura sexual pasajera puede ser un error irreparable, acabar con la relación de pareja y destruir a la familia, provocando un desequilibrio emocional muy difícil de superar.
Muchas veces, una terapia de pareja más bien prolongada, puede amortiguar el impacto y sus consecuencias.
DZ/LR
Fuente Redacción Z
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