“Yo no soy director de museo, sólo estoy en la comisión directiva, y mi pertenencia es para brindar un asesoramiento desde lo artístico. Yo soy una persona que realiza una actividad humorística, no soy un museólogo. Mi trabajo en el MuHu no es administrativo, que es el que haría falta para dilucidar esta trama de idas y vueltas, de promesas incumplidas y decretos o resoluciones a medio cumplir. Yo no digo cómo se tiene que hacer, lo único que me interesa es que haya un Museo del Humor”, dice Fernando Sendra en diálogo con Diario Z.
El creador de Yo Matías, entre otras historietas que están ancladas en las costumbres argentinas, está preocupado. O tal vez incluso enojado. Por eso es uno de los firmantes de la carta en la que más de 400 adherentes le piden al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires algo simple y claro: «Salvemos al Museo del Humor».
Junto a Quino, Hermenegildo Sábat, Carlos Garaycochea y Guillermo Mordillo, Sendra integra la Comisión Directiva Honoraria del MuHu. Desde que inauguró en 2012, gracias al trabajo y esfuerzo de este grupo junto al recientemente fallecido Carlos Nine y Hugo Maradei, el espacio fue creciendo, casi sin ayuda ni apoyo estatal. “Hubo movimientos, propuestas para bajarle la presencia al Museo del Humor, desde querer cambiarlo de edificio hasta ningunear su participación dentro del ámbito de los museos”, cuenta Sendra.
En octubre de 2012 se firmó el decreto número 476/12 que establece, por un lado, que el patrimonio inicial del Museo del Humor estaría compuesto por las obras de la especialidad en poder de los otros museos de la ciudad y que la sede sería el edificio de la ex Cervecería Munich. Lo primero nunca sucedió y lo segundo ahora está en duda. La Comisión Directiva decidió mandar la carta cuando recibió un aviso formal del gobierno porteño en el que se les comunicaba que el MuHu sería trasladado a una dependencia del Museo de la Ciudad.
Sin embargo, en declaraciones al diario La Nación, Guillermo Alonso, director de Museos, Patrimonio y Casco Histórico de la ciudad, dijo que ese tema está “bajo análisis” y que “por el momento no está previsto su traslado ni tampoco su ampliación”. La Comisión Directiva explica: “Cuando todo hacía pensar que el año 2016 nos encontraría con el Museo del Humor institucionalizado y con espacios ampliados, nos enfrentamos a la dura realidad que el trámite de creación de la estructura fue archivado (…).Habiendo realizado numerosas gestiones para revertir esto sin resultado positivo, ahora hemos decidido elevar a las autoridades la nota adjunta”.
-¿Por qué es importante este Museo?
-La Argentina tiene un capital actual e histórico en el rubro del humor gráfico, que abarca casi todos los ámbitos, incluso y sobre todo el político. Muchas revistas de historietas nacionales fueron en su momento las únicas que pudieron hacer fuerza: desde El Mosquito y Caras y Caretas hasta Humor, pasando por Patoruzito y Rico tipo. La gente las devoraba. No sólo tuvimos y tenemos los humoristas y dibujantes adecuados, si no el público perfecto.
-¿Todavía hoy?
-Por supuesto. Los diarios más importantes le dedican una página entera al humor, en donde no hay publicidad. Eso es porque el humor capta público deseoso de participar. El humor gráfico funciona con un lector que no es pasivo, si no que desentraña ese pequeño intríngulis que plantea el humorista. Esa complicidad tiene una larga tradición en la Argentina. Y todo esto hace que el Museo del Humor sea importante. Los humoristas históricos lo merecen, pero también la ciudad y sus habitantes.
– ¿Y cuál es la alarma, el problema puntual?
– No tenemos presupuesto, nada. Por eso la Comisión Directiva decidió hacer el pedido formal de que el museo continúe y mantenga la sede. Estamos trabajando en soledad. El año pasado, o el anteaño, por ejemplo, logramos que nos tomen mínimamente en cuenta y nos asignaron una partida para comprar cosas. Pedimos dos computadoras. Bueno, nos mandaron los soportes y no las máquinas.
Guillermo Alonso reconoció que «es cierto que desde que fue creado el museo nunca se le dio estructura formal” y dijo que “el trámite viene demorado”. Con respecto al futuro (o presente), el funcionario destacó que el MuHu no tiene una gran colección propia y que debería «trabajar en conjunto con el Museo de la Ciudad, que cuenta con variadas piezas del género de todas las épocas».
Sobre el tema, Sendra le dice a Diario Z: “Después de cuatro años, todavía no tenemos entidad, cuando en realidad hay una resolución que dice que debería suceder. Eso quiere decir que no figuramos como museo, aunque lo seamos. Por lo tanto, no se nombra director, no hay fondos, no hay staff, no hay nada. Y después dicen que el MuHu no tiene colección y que por eso lo cierran, o trasladan, o desintegran”.
-¿Cómo organizan las muestras, exhibiciones y actividades sin presupuesto ni apoyo?
-Hugo Baradei es el impulsor y quien llevó adelante la propuesta de hacer este museo desde el principio. Y trabajó para esto con el apoyo de los que hoy somos parte de la Comisión Directiva honoraria. Empujamos para que saliera y creímos que había salido. Pero aunque el lugar existe, todo es endeble. El gobierno nunca hizo los pasos formales que se requieren para la creación. Por eso no hay organigrama ni presupuesto ni nada.
-¿Es cierto que no cuentan con material?
-Baradei es el director, pero le asignaron una categoría informal porque, justamente, no se formalizó nunca la creación del museo. Entre muchas otras cosas que esperamos que sucedan es que lo nombren, para que podamos hacer crecer más al MuHu. El museo cuenta con patrimonio donado y/o cedido. Baradei, para empezar, tiene una colección personal enorme que usamos mucho. Y hacemos todo nosotros, sin apoyo de nadie de Cultura o Ciudad. Si se formalizara la creación, no habría riesgos y se podría trabajar mejor.
-¿Cuál es entonces la traba para que se formalice la situación del Museo?
– Esta situación tiene ribetes curiosos. La interna del pro, supongo. Hernán Lombardi, en su gestión en Ciudad, era entusiasta de este Museo, pero cuando cambiaron las autoridades todo cambió. Realmente no sé si es inoperancia o eso de que el que llega siempre quiere dejar su marca y supone que para eso hay que deshacer todo lo anterior.
-¿Qué esperan que pase ahora?
-Si hay que convocar a una asamblea legislativa, si lo tiene que hacer el mismo Larreta, si lo puede crear Alonso, o el Ministro de Cultura, o quién sea, que pase lo que tenga que pasar. Mi acción y mi intención están puestas en desear que haya un museo de la para la historieta y hacer todo lo posible para eso.
DZ/dp
Fuente Redacción Z
0 Comentarios
Sé el primero en dejar un comentario!