La apertura formal se produjo tras un proceso administrativo y judicial que insumió más de un año, que involucró audiencias públicas y varias instancias de amparos, generados tras la aprobación de las obras por parte de la Legislatura porteña en el año 2012, debido a la oposición de algunos comerciantes.
Con una inversión cercana a los 60 millones de dólares, el nuevo espacio comercial genera unos 1.500 puestos de trabajo directos e indirectos.
Según informó APSA en un comunicado, el Distrito Arcos «tendrá en esta primera etapa 52 locales y 15 góndolas», con una oferta comercial que «se irá completando a medida que los locatarios finalicen la decoración de sus espacios», sobre una superficie total de 54 mil metros cuadrados.
También cuenta con cocheras subterráneas para 453 automóviles.
«En una segunda etapa está prevista la construcción de un gimnasio, una tienda de artículos para el hogar y una excepcional oferta cultural, llegando a 65 locales y 20 góndolas en total», añadió la empresa.
La compañía recordó que «tanto las agencias del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires como la Justicia porteña» determinaron que el emprendimiento «cuenta con todas las habilitaciones correspondientes para funcionar y que no afecta en modo alguno al medio ambiente del barrio, ni provoca inconvenientes en la provisión de servicios (agua, electricidad, gas, etc.)».
APSA recordó que la cantidad de locales del nuevo shopping «equivale a una cuadra y media de cualquier avenida comercial de la Argentina».
Desde lo comercial, el lugar ofrecerá «las mejores marcas a precios de descuento, en un paseo al aire libre y con una oferta gastronómica original para esa área de la ciudad».
También se informó que la obra «se hizo respetando nuestro principio de construir sin destruir, reciclando viejos galpones ferroviarios que se encontraban en estado de semiabandono».
DZ/sc
Fuente DYN
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