Sami Abadi fue, durante los ochentas, uno de los tantos adolescentes encandilados por el rock progresivo inglés. King Crimson le partía la cabeza y comenzó a pensar si el violín, instrumento que estudiaba, le podría servir para emular esa música. Con el tiempo terminaría compartiendo escenario con Daniel Melero, Babasónicos, Carca y Juana La Loca, entre muchos otros que lo convocaron por su peculiar forma de mixturar las cuerdas junto con los sonidos electrónicos.
Con una larga carrera solista, y también como realizador de música para cine, danza y teatro, sus ritmos polimorfos rompen con la estética del tradicional cancionero rioplatense. Para su solo set en el Festival Input, donde comparte fecha con La Korda y Aqualactica, promete “sonidos procesados”.
¿Cómo surgió la idea de hacer esta fecha?
Por un lado, porque tenemos afinidad con los músicos, pero también porque intervino Sideral Producciones, que hizo realidad la idea. Es un festival a mi medida, porque se define como “de cuerdas procesadas” y ésa es la característica de mi sonido
¿Cómo decidiste dedicarte a la música?
Mi gran escuela musical fueron los discos, sobre todo de bandas, como UK, o compositores, como Brian Eno. Sentía que con el violín podía decir algo propio y que era un instrumento que podía ser mi voz. Luego, a los 20 años, me mandé a hacer un violín eléctrico y experimenté con pedales y todas las cosas que podía conseguir, que no eran tantas en esa época.
¿Siempre fuiste curioso en el trabajo dentro del estudio de grabación?
Con la grabación soy muy operativo. No me considero un maniático de la toma de sonido, pero sí soy un maniático del flujo de trabajo. Necesito una cantidad de herramientas para que no se me corte el mambo y que al grabar pueda también editar, porque entiendo la grabación como un momento creativo, no sólo de plasmar algo previamente diseñado.
Tu obra genera y transita muchos climas. ¿Eso es algo que planeás?
Es una especie de consecuencia. No es que me propongo generar climas, pero de pronto encuentro una poesía en el sonido y trabajo sobre esa magia que me brinda. Después, el que lo recibe me cuenta las cosas que le pasan. Pero yo no soy el que provoca el clima. En cambio, cuando musicalizo una película, por ejemplo, no tengo el poder de manejar los climas.
¿Tenés planeado lanzar algún disco pronto?
Siempre estoy grabando, todo el tiempo. Y cada tanto, cuando siento que hay una cantidad de material interesante, lo vuelvo a mirar, lo ordeno y entonces lo edito. Ahora estamos en una época de crisis de los formatos, pero igual es probable que en unos meses esté lanzando un material nuevo.
Viernes 2 de octubre, a las 22, en la Sala Caras y Caretas 2037 (Sarmiento 2037). Entradas $120.
Fuente Redacción Z
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