En la ciudad
Un encanto del verano porteño es sentarse en un bar o a almorzar al aire libre. En el microcentro, sobre la calle reconquista, esta el Convento de San Ramón que abre a los visitantes un apacible jardín, galerías y restaurantes. En Belgrano, la Abadía de San Benito tiene un coqueto café en el parque. En Recoleta, el Museo de Arte Decorativo tiene tal vez el restaurante al aire libre más bonito de la Ciudad. Y también están las terrazas del Buenos Aires Design, en Avenida Pueyrredón al 2500. Otro paseo gastronómico –cultural está en la Boca. Comenzar recorriendo las muestras de PROA y después tomar algo en su terraza. No hay mejor vista del Riachuelo: la Vuelta de Rocha, el Puente Nicolás Avellaneda, el Riachuelo y el relieve de casitas bajas y coloridas de La Boca. Un Quinquela legítimo, con olor a café y tostadas.
En el campo: Villa Paranacito
Las islas de Ibicuy fueron alguna vez dominio de charrúas y guaraníes, que llegaron allí buscando “la tierra sin mal”. No es para asombrarse, ese paraíso vegetal cercado por las aguas que es el delta del Paraná en el extremo sur de la provincia de Entre Ríos, mantiene su extraordinaria belleza. Y es un oasis de relax y descanso. La ciudad de Villa Paranacito, cabecera del departamento, ofrece buenas oportunidades de alojamiento, caminatas por el pueblo y a la vera del río manso y profundo (y también por el Sagastumé Chico), paseos en lancha, bote o kayak por las islas, avistaje de aves, pesca generosa. Y la deliciosa repostería alemana de Greenwald.
DZ/JPC
Fuente Redacción Z
0 Comentarios
Sé el primero en dejar un comentario!