El Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad firmó un convenio con la Cámara de Empresarios Pintores y de Restauraciones Afines de la República Argentina (CEPRARA) para restaurar y pintar al Obelisco.
Ayer se realizaron tareas de limpieza a través de andamios móviles. Las labores incluyeron hidrolavado para eliminar el resto de tiza y otros elementos orgánicos e inorgánicos, limpieza de musgos, líquenes, etc. y remoción del revoque flojo.
En cuanto al pintado del Obelisco está prevista la aplicación de una mano de puente de adherencia entre el antigrafiti y la pintura.
Se utilizará una pintura látex acrílico, especialmente formulado para exteriores.
Según se informó, aplicarán todas las manos que sean necesarias hasta llegar a un espesor de pintura de 90 micrones, siendo su color el denominado «Piedra París».
Usarán una pintura al esmalte compuesta por un vehículo oleoso y un pigmento de purpurina dorada, en espesores similares al descrito, para los bajos relieves del escudo y letras.
También aplicarán una laca a modo de protección en las letras bajo relieve.
Está previsto que utilicen unos 380 litros de pintura exterior.
Un ícono con historia
La construcción del Obelisco estuvo a cargo del arquitecto argentino Alberto Prebisch con motivo del cuarto centenario de la primera fundación de la Ciudad.
La obra comenzó el 20 de marzo de 1936 y fue inaugurada el 23 de mayo de ese mismo año.
El ícono porteño está emplazado en la Plaza de la República, en la intersección de las avenidas Corrientes y 9 de Julio.
Tiene una altura de 67,5 metros y para entrar cuenta con una sola puerta, ubicada del lado oeste.
En su cúspide se pueden encontrar cuatro ventanas con persianas metálicas a las que se llega por una escalera marinera de 206 escalones con siete descansos cada ocho metros y uno a seis metros.
DZ/sc
Fuente Noticias Argentinas
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