El jefe de Gobierno obtuvo la reforma política que buscaba y que consensuó con el Gobierno nacional a partir de la tan prolífica como enarbolada reunión dialoguista, promovida por Cristina, con Jorge Capitanich. De ese encuentro de la semana pasada –de apenas 45 minutos– el jefe porteño partió con las manos llenas. Allí, entre otras cosas, Macri pidió elecciones por boleta única, y el Gobierno, que instaure las primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias para la Ciudad con vistas al 2015: dos proyectos que hoy son realidad.
El jefe porteño logró, con ayuda de Proyecto Sur y de Unen, aprobar la ley que prevé las Paso para la próxima convocatoria electoral y el voto por boleta única.
Pero con una salvedad: el uso de boleta única para todas las categorías –de legisladores y comuneros– no será total sino parcial, como lo es en Córdoba –y no en Santa Fe, por caso. Esto le permitirá a quien resulte electo candidato a jefe de Gobierno digitar quién será su compañero de fórmula. Es decir que los electores no podrán determinar al segundo de la fórmula.
Vale recordar en qué consiste el voto por boleta única, el método que se usará de acá en más para todos los procesos electorales de la Ciudad y todas las categorías. El sistema le permite al elector marcar la lista que quiere apoyar a mano en una boleta de papel donde figuran los candidatos de todos los partidos (de allí el nombre de boleta única) o por voto electrónico, que es otro proyecto en el que ya trabaja Macri.
En el paquete de reforma política, Macri incluyó la obligatoriedad del sistema proporcional D’Hondt para la integración de las listas de candidatos, y el destierro de las listas de adhesión, es decir, de las colectoras, un recurso muy utilizado por el FpV en todas las elecciones de la última década.
El proyecto, que se aprobó el lunes, ya lo había anunciado hace un tiempo en la Legislatura el principal interesado en esta forma de elección, Horacio Rodríguez Larreta. El jefe de Gabinete, se sabe, no se tiene mucha fe para conseguir suceder a Macri si eso implica ganar una interna abierta, como lo pide siempre Gabriela Michetti, su peor pesadilla.
Macri le exigió a sus legisladores que votaran la reforma un día antes del recambio legislativo. El PRO contó con la adhesión de aliados K, como Aníbal Ibarra y Gabriela Cerruti, y con el apoyo de Unen. El FpV, sin embargo, se abstuvo de votar. Se cree que por la cláusula que elimina las colectoras. También se opuso a que el candidato electo designe a su vicejefe después de las primarias, como en las presidenciales de Estados Unidos, antes de las generales.
DZ/rg
Fuente Redacción Z
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