La inauguración del metrobús, una forma de viajar que se ha ganado la aceptación de muchos porteños, parecía una buena oportunidad para que el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta retomara su contacto con los porteños. Esto, después de las críticas por su ausencia de la ciudad en plena tragedia de Time Warp, que incluyó un (frustrado pedido de interpelación en la Legislatura).
Todo estaba preparado para que, a las 9.45, el jefe de Gobierno cortara, entre aplausos, la cintita del Metrobus San Martín, que conectará las avenidas Juan B. Justo y General Paz.
No pudo ser. Esta vez lo que aguó la fiesta no fue por Costa Salguero. Fueron vecinos que se acercaron con sus demandas y sus carteles. Irrumpieron en el acto y cortaron el tránsito sobre la avenida San Martín.
Unos reclamaban la reapertura de la Liga Israelita, un centro de salud histórico de La Paternal, cerrado en 2007. Los vecinos impidieron el remate de la propiedad y consiguieron que la Legislatura votara su expropiación para construir allí un centro de salud. La medida fue efectivizada recién 2013 y dos años más tarde el gobierno llamó a licitación para las obras. Pero nada ha avanzado.
Otros vecinos piden la reapertura del cine-teatro comunitario Taricco, otra joya del barrio construida en la década del 20 por la que pasaron desde Carlos Gardel hasta figuras señeras de la música popular. Los terceros eran los cartoneros a quienes el gobierno clausuró los galpones donde separaban la basura.
Así las cosas, la inauguración comenzó una hora más tarde y se limitó a un acto a la rápida, encabezada por el ministro de Transporte, Juan José Méndez.
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