El cantante de Viejas Locas, Pity Álvarez, se entregó durante la madrugada en la comisaría N° 52 tras permanecer prófugo durante todo el día de ayer. Se declaró culpable del asesinato de un vecino, Cristian Díaz, de 36 años, en el barrio Cardenal Samoré de Villa Lugano.
«Yo lo maté», confesó el cantante apenas llegó. De lentes y con la misma ropa que tenía en el boliche Pinar de Rocha, adonde fue tras el crimen, el cantante afirmó: «Lo maté porque era él o yo. En mi barrio es así. Y creo que cualquier animal haría lo mismo».
La novia de «Pity» Álvarez, bajo juramento, dijo que el músico fue el autor del crimen, lo cual es un elemento clave en el caso ya que ratifica los dichos del primer testigo.
El titular del Juzgado de Instrucción N°4 Pablo Yadarola, esperaba su traslado para indagarlo tras su fichaje. Debería aguardar un poco más: pasadas las 9 de la mañana de hoy, el cantante de Viejas Locas se descompensó. De regreso en Tribunales, quedaban dos interrogantes para el juez. Primero, evaluar un pedido de protocolo para contener un posible síndrome de abstinencia. Después, lo que determinaría si «Pity» es condenado por matar o no: evaluar si efectivamente es inimputable.
Ahora, Yadarola ordenará estudios psicofísicos para «Pity» al Cuerpo Médico Forense o al programa psiquiátrico Prisma del Servicio Penitenciario Federal en la cárcel de Ezeiza para analizar el estado del músico. Por lo pronto, la calificación en su contra, según aseguran fuentes cercanas al expediente a Infobae, es de homicidio agravado por el uso de arma.
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