Las problemáticas que atraviesan las familias más vulnerables están caracterizadas por distintos fenómenos que, debido a su complejidad, requieren un abordaje integral. Comprender la total complejidad de la pobreza significa dar cuenta de que es una situación que excede a la carencia de recursos monetarios y se presenta como un fenómeno multicausal. Hoy, limitar la conceptualización de la pobreza exclusivamente a la carencia de ingresos llevaría a suponer que el crecimiento de un país es suficiente para resolver el problema. Consiguientemente, un enfoque restringido concibe la pobreza como un fenómeno instantáneo cuando en realidad es el resultado de procesos que van degradando las posibilidades que tienen las personas para construir e imaginar un proyecto de vida.
Por eso, para superar la pobreza, la exclusión social y la inequidad se necesitan respuestas multidimensionales. Y para poder lograr estos objetivos es condición sine qua non que todas las áreas del Gobierno y los distintos actores sociales trabajen de manera coordinada. Porque hoy, debemos asistir y pensar cada problemática desde una perspectiva más universal, integrada y complementaria. Desde este punto de vista, implementamos cambios en la manera en que se conciben y ejecutan las políticas sociales. Las visiones que se limitan a la entrega de mercancías o transferencias de recursos monetarios no encuadran con el combate a la marginalidad.
En este sentido, desde el Gobierno de la Ciudad hemos incorporado un paradigma que parte del establecimiento de un piso básico al que se denomina “Red de Protección Social” cuyo objetivo es garantizar un ingreso que permite niveles mínimos de calidad de vida para el desarrollo de las personas; posibilita el acceso a servicios sociales y de promoción, y procura la universalización del trabajo decente.
Así, la Red de Protección Social “En Todo Estás Vos” presentada el pasado año articula y ejecuta mecanismos de intervenciones sociales con el fin de garantizar la plena realización de los derechos económicos, políticos y sociales de las personas. La misma tiene un carácter universal en la medida que busca garantizar a todos los miembros de la sociedad la protección y los beneficios fundamentales que aseguran su participación plena, complementándose con criterios de focalización en los casos que sea conveniente. La unidad de intervención a la que se dirigen las Redes de Protección Social es la familia o grupo conviviente. Supone ocuparse simultáneamente de quienes se encuentran en una situación de pobreza, quienes sin ser pobres, son vulnerables y demandan políticas de aseguramiento continuo, y quienes evidencian una mayor capacidad autónoma, pero que reconocen en la garantía de un piso mínimo de protección una base común para la ciudadanía social.
DZ/rg
Fuente Especial para Diario Z
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