Si durante buena parte de la historia del arte el rol de entretenedor ha sido visto como algo menor –o al menos por debajo de la respetable que la función de estimular a la reflexión o al extrañamiento de los sentidos– digamos de una buena vez que hay que revisar todos esos presupuestos. Porque generar placer inmediato llevando el refinamiento estético y la pericia técnica del artista al servicio de una música accesible, amable, afectiva y entretenida, puede generar una obra muy valiosa. Eso pasa con Viva el swing, disco con el que dos grandes pianistas del jazz local como Jorge Navarro y Manuel Fraga le dan rienda suelta al estilo de pianista “entretenedor”, históricamente en manos de artistas que hicieron de la comunicación directa con el público un lugar central de su forma de tocar.
Navarro –considerado por la revista Downbeat como uno de los tres mejores pianistas de jazz del mundo fuera de los Estados Unidos, acompañó a Ella Fitzgerald, Ray Charles y Dave Holland, entre otros– logra junto a Fraga –ex integrante de la Fénix Jazz Band, premio al mejor pianista del Sacramento Jazz Festival de California– logran plasmar en una grabación impecable un diálogo de dos que saben escucharse. Y como lo simple puede ser ultrarrefinado, en interpretaciones de canciones como “I got rhythm” o “Strike up the band” (ambas de George & Ira Gershwin) o hasta la elección de piezas de Sergio Mihanovich como “Love and deception”, los músicos argentinos crean un compilado de interpretaciones llenas de ese “swing” que supo ser el corazón de una forma de tocar el jazz. Y también un género cuyos excesos, en el pecado de lo meloso o lo simplista, le hicieron ser no muy buen visto por los jazzeros que querían mantener viva la riqueza musical. Lo bueno del paso del tiempo es que los valores pueden balancearse. Y al valor de los que son eternos renovadores, como Miles Davis, puede contrastarse el arte necesario del entertainer. El cuidado del repertorio, con composiciones de Charlie Shavers, Sonny Rollins o el siempre vibrante Cole Porter, hace de este disco una herramienta estabilizadora de ánimos, logrando entretener con riqueza absoluta de recursos y gran fortaleza armónica.
DZ/rg
Fuente Redacción Z
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