Con el pretexto de avanzar en la construcción del Centro Cívico de la Ciudad, en Barracas, Mauricio Macri y su gente creyeron oportuno poner en venta bienes del Estado y financiar gestión con deuda emitida a partir de la colocación de bonos, cosa que hicieron a fines del año pasado con todo éxito, aun cuando los 415 millones de dólares obtenidos no hayan sido consignados en la Ley de Presupuesto 2012.
Macri, que se aferra a la biblia desarrollista, no hace otra cosa que replicar, como en un juego de espejos, el viejo truco del menemismo: liquidar bienes públicos y, eventualmente, aceitar obra con lo obtenido.
Ahora los macristas deberán explicar en la Legislatura por qué el apuro y desenfreno a la hora de hacer caja, como si el paquidérmico aumento de ABLno alcanzara. Así están de caldeados los ánimos de la oposición.
La semana pasada comenzó a rodar entre los diputados la idea de rematar el emblemático edificio donde años ha funcionaba el Mercado del Plata, que aloja numerosas dependencias oficiales y más de 2.000 empleados. Por el edificio -a pasos del Obelisco- ya habrían hecho ofertas distintos grupos hoteleros. Pero nadie sabe a ciencia cierta cuál es su valuación. Por ejemplo, el subsecretario de Planeamiento, Héctor Lostri, dijo en la Comisión de Hacienda de la Legislatura que todavía no habían logrado tasarlo, pero que a ojo de buen cubero se podría vender entre 50 y 80 millones de dólares. El mecanismo para concretar la enajenación sería el mismo que en 2009 llevó adelante la Ciudad con la privatización de los terrenos fiscales de Catalinas Norte.
Pero el asunto es que a fines del año pasado, la Ciudad colocó el llamado Bono Tango por 415 millones de dólares aproximadamente, cuyos ingresos se efectivizaron en enero. De ese monto total, unos 300 millones se destinaron a amortizar deuda pública, pero de los 115 millones restantes no hay novedad, según denunció el auditor Eduardo Epszteyn. Se sabe sí que los bonos fueron colocados en Luxemburgo (paraíso fiscal escenario de algunos de los paseos que emprende el jefe de Gobierno por Europa) y que los responsables de negociarlos fueron las bancas Barclays Capital, BTG Pactual, Citi y Puente.
Ahora bien. La pregunta obvia es qué hace el jefe del PRO con la plata. Porque, según el propio Epszteyn, en la Ley de Presupuesto 2012 lo ingresado por el Bono Tango no consta, al menos formalmente, ni como financiamiento ni destinado a pagar la deuda pública, ni asignado a obras de infraestructura.
Otro misterio de los dueños de la «gestión».
DZ/km
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