Con el mayor de los sigilos, el Ministerio de Educación porteño puso en marcha en las escuelas un proyecto denominado ReMa (Recuperando Materias) apuntado “en este primer momento”, según notas oficiales, a “fortalecer el aprendizaje de la Matemática”. Los docentes se quejan por lo inconsulto de su implementación, por reclutar “tutores” por fuera del escalafón docente y por copiar contenidos de las pruebas internacionales PISA, aunque sin mencionarlo.
El ReMa comenzó a funcionar de improviso el pasado 13 de junio. Pocos días antes, una carta con la firma de la ministra Soledad Acuña llegó a los docentes y equipos de conducción de las escuelas presentando el “proyecto”. Allí se puede leer: “Sabemos que esta materia presenta dificultades para algunos estudiantes y muchas veces complica su paso por la secundaria. Por eso presentamos ReMa pensando en cómo mejorar la trayectoria escolar de la Matemática”.
Sin embargo, continúa la carta, no serán “algunos estudiantes” los incluidos en el ReMa sino todos los alumnos de segundo y tercer año de la escuela media, aunque no adeuden la asignatura. En ese caso, serán preparados para una “Olimpíada Institucional de Matemática” que se realizará en noviembre.
Tutores, docentes, referentes
Las personas que estarán al frente de los estudiantes no serán necesariamente docentes de la escuela ni tomarán las horas del proyecto a través de los concursos públicos, como establece la normativa. En los distintos materiales a los cuales tuvo acceso Diario Z, se los denomina alternativamente tutores, docentes y referentes.
“Da la casualidad de que yo soy profesor de la materia en el CBC y además doy clase en el Nicolás Avellaneda”, relata Gabriel Mitton. “A varios de nosotros –no a todos– nos llegó un mail totalmente informal de funcionarios de la Universidad proponiéndonos sumarnos como ´referentes´y teníamos que contestar de un día para el otro”. Literalmente, porque el correo electrónico dejaba en claro que “estamos cerrando esta convocatoria mañana jueves 9 de junio”. Cuatro días después, el “proyecto” se ponía en marcha.
Los estudiantes de segundo y tercer año que tienen previa Matemática participan fuera del aula, en un espacio asignado por la escuela, de un taller dirigido por referente una vez por semana en horario escolar durante dos horas-cátedra. El resto, dedicará el tiempo en el aula a “entrenar” para la ya mencionada Olimpíada. El programa se extenderá por seis semanas. Los docentes (o “referentes”) cobrarán por cada encuentro que coordinen 2.400 pesos, sin descuentos ni recibos ni contratos ni nada. El pago es por única vez y se haría efectivo durante agosto o septiembre.
El taller
La cantidad de alumnos por taller va de cinco a diez estudiantes y la modalidad consiste en seguir un cuadernillo de actividades.
“El material es una melànge de contenidos de primero, segundo y tercer año”, continúa Gabriel. “Los que no deben la materia, se tienen que preparar para una Olimpíada que no es la tradicional sino algo nuevo que se va a hacer por escuela. Pero la participación es compulsiva. No creo que esa sea la mejor manera de mejorar el vínculo de los chicos con la materia…”.
Para Gabriel, que además de profesor es delegado en el Avellaneda, el programa apunta en realidad a que los chicos aprendan a cumplir con pruebas tipo PISA, que pretenden establecer estándares internacionales de rendimiento escolar. “Por el tipo de contenido de los cuadernillos, por la metodología tipo multiple choice… responde al modelo de la prueba PISA, que es una copia simplificada de los exámenes de aptitud que se aplican en otros países para el ingreso a la Universidad. Acá, todavía, se aplica un método de enseñanza más holístico, más completo. Para levantar el nivel educativo son necesarias más horas de clase con jornada completa y para eso es necesario ampliar el presupuesto educativo”.
Diario Z intentó gestionar a través del departamento de prensa del Ministerio de Educación una entrevista con la subsecretaria de Coordinación Pedagógica y Equidad Educativa, Andrea Bruzos, quien se encuentra a cargo del proyecto para que explicara en sus propias palabras sus alcances y objetivos, pero no hubo respuesta.
Uno de los cuadernillos distribuidos en las escuelas. «Un referente matemático guiará el proceso».
Fuente Redacción Z
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