A un año del incendio en el taller clandestino de Páez 2796, del barrio de Flores, en el que murieron los hermanos Rodrigo Menchaca, de 10 años, y Adair Rolando Mur Menchaca, de 5, la comunidad educativa de la escuela Nº4, del distrito 12, donde estudiaban ambos. Padres, docentes y alumnos marcharon desde Caracas y la avenida Gaona hasta las puertas del taller, en la esquina de Páez y Terrada. Los chicos dormían en el sótano cuando quedaron atrapados por las llamas y no pudieron salir. La marcha fue acompañada por el sindicato docente UTE y otras organizaciones sociales.
Además de recordar a los chicos, los manifestantes exigieron mayores controles al Estado. Horas antes, la Legislatura elevó al Ejecutivo un pedido de informes deberá responder en 30 días acerca de la situación del inmueble incendiado.
Por las muertes de los chicos está procesado el dueño del taller clandestino, Lee Sung Yop, por el delito de trata de personas. El empresario coreano es acusado de captar a “seis víctimas en situación de vulnerabilidad con el fin de explotarlos laboralmente”.
La familia que trabaja y vivía en el taller de Flores fue explotada desde el 2003 hasta el día del incendio, el 27 de abril de 2015.
“La familia Mur Menchaca cobraba prendas que producía exclusivamente para este empresario que además alquilaba el local. Todos los trabajadores estaban en negro y, por lo tanto, no percibían salario sino remuneraciones que, en muchas oportunidades, eran retenidas por Lee Sung Yop diciéndoles que se usarían como parte de pago para las máquinas, lo que también fue mentira”, había dicho Gabriela Carpinetti, abogada de los Mur Menchaca.
DZ/ah
Fuente Redacción Z
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