En una entrevista mano a mano, el ex doblista repasó su trayectoria: se desapega del tenis tomándolo como un trabajo, valora más a las personas que conoció en el camino por sobre los doce títulos obtenidos y, por naturalidad, le resulta más fácil hablar de sus proyectos y familia que recordar su exitoso pasado.
Rodeado de lo que más disfruta, entre canchas de tenis, alumnos y profesores, Luis Lobo se baja de la bicicleta que utiliza para “ir de acá para allá” dentro del club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (GEBA), charla con algunos compañeros y se toma su tiempo para descansar ante el grabador del Diario Z.
¿Dónde, cuándo y cómo arrancó el tenis en tu vida?
De chico jugábamos a todo, siete deportes a la vez, vivía en Don Torcuato e íbamos al Ciudad de Buenos Aires. En mi caso se fue dando solo, día tras día. Cuando vos tenés 16 o 17 años te vas orientando y después también tiene que ver cómo te va yendo, con los resultados, es algo motivacional.
¿Por qué te metiste de lleno en dobles?
Yo siempre fui de jugar en conjunto, lo hacía con ganas y tenía facilidad para hacerlo en los juniors. Me empecé a destacar más en dobles que en singles. Luego, a los 18 años, se dio que terminé como Nº1 de la Argentina en singles también. A partir de ahí, todos los cañones apuntaron al tenis. Pasé momentos malos en el medio, dos años dando vueltas porque no es fácil, pero bueno, acá estoy después de una carrera dentro del todo buena.
Si te nombro a Javier Sánchez Vicario (ex pareja en dobles con el cual logró ocho torneos) y a Carlos Moyá, ¿qué se te viene a la cabeza?
Grandes amigos de la vida, personas que me ayudaron mucho. Un agradecido a Javier y a Carlos Moyá. También a Álex Corretja. Con Javier estuvimos cinco años entre las mejores parejas del mundo, le debo mucho de lo que soy.
Dejando de lado los títulos. ¿Cuál fue tu mayor satisfacción en esta profesión?
Haber conocido a Carlos Moyá. Como entrenador también tuve una etapa muy buena con Mónaco, pero profesionalmente hablando, a nivel respeto, crecimiento y diálogo permanente, Moyá sin duda fue lo más lindo que me pasó.
¿Cómo y cuándo hiciste el clic en la cabeza para dejar la raqueta y sentarte en el banco?
Fue un llamado de teléfono que me hicieron, lo analicé seis meses y listo. No tengo apego con esas cosas, para mí el tenis es un trabajo, una profesión.
Fuiste coach de ex Nº 1, cómo Moyá y Ríos. ¿Se trabaja de otra forma con esa clase de jugadores?
Sí, son diferente ellos, los Nº1 son todos diferentes y, como todas las personas, tenés buenos y malos.
Tuviste también a David Nalbandian y a Mónaco. ¿A los argentinos se les llega más fácil por las costumbres?
A Mónaco lo agarré de chico, prácticamente no tenía ranking, lo pude sacar de chiquito. Depende como sea la persona, a veces es más fácil llegarle a Federer que a un argentino.
“Lobito”, como le dicen con cariño sus allegados, es un “inquieto” en busca de nuevos emprendimientos. A través del tenis conoció el mundo y tuvo la posibilidad de hacer su vida en el exterior, pero eligió la Argentina para formar una familia y estar rodeado de sus afectos.
¿Qué reflexión hacés de esas etapas donde estuviste en la elite del tenis?
Doce años como jugador y después también doce como entrenador. Es mucho mejor la vida de jugador que la de coach. Lo tomé siempre como un trabajo, disfrutaba cuando ganaba pero disfrutaba realmente cuando estaba con mi familia. Quería que me vaya bien porque era mi trabajo y porque no quería estar viajando muchos años más.
Copa Davis, ¿un sueño o un objetivo?
El día de mañana si existe la posibilidad de ser el capitán lo pensaría, me gustaría.
¿Cómo vislumbrás la serie con Serbia?
Hay dos series, una con Djokovick y otra sin él. Si está Djokovick será complicadísimo pero si no está él, está jugable.
¿Analizás al equipo profesionalmente o sólo lo vivís como hincha?
Últimamente estoy yendo a verlos, tengo amigos adentro. Después yo no decido, si la gente que lo maneja cree que estoy capacitado me llamarán y si estoy dispuesto iré al frente. Hoy me llena mi familia, jugar al fútbol. Trato de emprender diferentes tipos de cosas y me meto en todas las posibilidades que creo sanas dentro del deporte.
DZ/sc
Fuente Redacción Z
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