Prometieron subterráneos e hicieron metrobuses: así podría resumirse la política de transporte impulsada por el Ejecutivo porteño durante la gestión de Mauricio Macri.
En efecto, el actual jefe de Gobierno había prometido en campaña inaugurar 10 kilómetros de subte por año. Pero aquellas palabras se las llevó el viento. Lo que efectivamente ocurrió fue que los porteños conocieron el Metrobús, mejor dicho la versión criolla de los llamados “autobuses de tránsito rápido” (en inglés, Bus Rapid Transit) que recorren numerosas ciudades a través de carriles exclusivos.
Actualmente, el Metrobús surca tres avenidas: Juan B. Justo, 9 de Julio y Roca-Fernández de la Cruz (el llamado Metrobús del Sur). Según el subsecretario de Transporte, Guillermo Dietrich, el sistema es utilizado por la mitad de los porteños y ha redundado en un ahorro de tiempo de viaje global del 36 por ciento en beneficio de los usuarios.
El lunes 20, Dietrich expuso ante la Comisión Evaluadora del Sistema de Metrobús, que integran los legisladores de la Comisión de Tránsito y Transporte. Participaron una docena de vecinos que, además de escuchar al funcionario, expusieron sus quejas e inquietudes.
Dietrich detalló las expectativas que el Gobierno de la Ciudad alberga en los cuatro próximos metrobuses que proyecta construir. De éstos, están en marcha los de las avenidas Cabildo y San Martín hacia el norte y el noroeste, respectivamente. También progresa el que se construirá sobre la Autopista 25 de Mayo, a lo largo de 7,4 kilómetros, entre el peaje Dellepiane y la 9 de Julio, recientemente adjudicado a la constructora Dycasa.
El cuarto proyecto, un metrobús que recorrería la avenida Paseo Colón, se encuentra en una suerte de limbo debido a que, para concretar la traza prevista, se deben desalojar varios inmuebles. Esto generó un frente “conflictivo”, según la expresión utilizada por el subsecretario Dietrich (ver nota aparte).
Evaluaciones
El balance oficial es positivo. Según Dietrich, las cifras globales arrojan un incremento de usuarios y una disminución del tiempo de viaje, de accidentes y de emisiones de monóxido de carbono. El subsecretario afirmó que con los nuevos emprendimientos, el sistema pasará de los 38 kilómetros de recorrido actuales a 50 y los usuarios aumentarán de 660.000 pasajeros diarios a más de un millón.
También ponderó el crecimiento del Metrobús de la avenida Juan B. Justo, inaugurado en 2011 y que sirvió como experiencia piloto del sistema. El pionero recorre 12,5 kilómetros entre Pacífico y Liniers. Según las cifras oficiales, al cabo de tres años pasó de 70.000 a 150.000 usuarios.
Algo previsible, Dietrich destacó la performance del Metrobús de la 9 de Julio, el que más críticas generó antes de su inauguración. Afirmó que es aprovechado por 240.000 pasajeros, beneficiados con una reducción del tiempo de viaje del orden del 50 por ciento. No se detuvo en detalles respecto de lo que significó el drástico cambio de morfología de la avenida y al sacrificio de sus jacarandáes para construir un carril que se superpone con el recorrido de la línea C del subterráneo, la más abandonada de la red.
En cuanto al llamado Metrobús del Sur, que une Constitución con Puente de la Noria a través de dos ramales, Dietrich prometió que pronto lo empezarán a usar quince líneas de colectivos y se completarán sus conexiones con la Línea H del subte y con el ferrocarril Belgrano Sur. Según sus proyecciones, beneficiará a 250.000 vecinos de ocho barrios. Actualmente, es el más problemático de los tres que están en funcionamiento. Sólo dos líneas hacen el recorrido completo y otras cinco sólo lo utilizan parcialmente. El tramo de la avenida Sáenz, en Pompeya, enloquece a taxistas y automovilistas, ya que sólo tres líneas de colectivos pasan por ese tramo de Metrobús, mientras otras quince lo hacen por afuera, según expuso Roberto Rodríguez, titular del gremio de taxistas de ciudad de Buenos Aires, ante la Comisión Evaluadora.
Los que se vienen
Según la exposición de Dietrich, el Metrobús de la avenida Cabildo recorrerá 2,7 kilómetros y será aprovechado por 170.000 usuarios. Lo utilizarán 16 líneas de colectivos y se internará a través de la avenida Maipú en el partido bonaerense de Vicente López. Afirmó que redundará en un ahorro de tiempo de viaje del orden del 20 por ciento. Los legisladores de la oposición cuestionaron la superposición de obras que se realizan sobre la avenida Cabildo. Ocurre que para construir el Metrobús, se destruirán los boulevares que el Gobierno construyó un año atrás. Además, estaba prevista la construcción de cocheras para la línea D bajo la misma avenida, lo cual requerirá excavar de vereda a vereda.
Dietrich afirmó que la construcción del Metrobús se coordinaría con Sbase para evitar cualquier colisión de proyectos y minimizó la destrucción del boulevard. “Tuvimos que elegir entre los canteros y el Metrobús, y el Metrobús va a beneficiar a mucha gente. Quizás otro hubiera hecho algo distinto, nosotros elegimos esto”, sostuvo. Para aventar sospechas por la continuación de la obra en territorio bonaerense gobernado por Jorge Macri, primo del jefe de Gobierno, Dietrich recordó que el acuerdo con la intendencia de Vicente López fue suscripto bajo los mandatos de Aníbal Ibarra y Enrique “Japonés” García. Aseguró que el municipio de Vicente López aportará 90 millones de pesos, entre efectivo y obras complementarias.
Respecto del Metrobús de avenida San Martín, Dietrich aseguró que a lo largo de sus seis kilómetros beneficiará a más de 70.000 vecinos y será utilizado por diez líneas de colectivos a lo largo de sus 11 estaciones.
Vecinos y legisladores señalaron que, en ambos casos, el recorrido del Metrobús atravesará zonas inundables. Dietrich aseguró que se habían completado los estudios del caso y que los pondría a disposición de todos.
Sin embargo, casi simultáneamente con su exposición, el Observatorio del Derecho a la Ciudad e integrantes de la Asamblea de Inundados de Saavedra presentaron una acción de amparo que podría paralizar la construcción sobre la avenida Cabildo.
Por último, Dietrich estimó que el Metrobús de la Autopista 25 de Mayo –“el primero en su tipo en la Argentina y uno de los primeros de Latinoamérica”– beneficiará a 120.000 usuarios con una reducción del tiempo de viaje del orden del 40 por ciento.
Las quejas de los vecinos
Antes de comenzar su exposición, Dietrich escuchó quejas varias. Las más airadas fueron las de los vecinos de San Telmo. Denunciaron que la obra sobre Paseo Colón “destruirá medio barrio” y se quejaron por la falta de información oficial.
Una comunera de la Comuna 13 se quejó por el colapso que las obras provocarán en la avenida Cabildo y demandó detalles sobre la licitación y el financiamiento de la obra. Desde la Defensoría del Pueblo exigieron saber cuáles son los estudios sobre demanda origen-destino que se realizaron para decidir la pertinencia de las obras. Por su parte, los taxistas reclamaron porque no son consultados respecto del tránsito en la Ciudad, a pesar de tratarse de su ámbito de trabajo.
Una de las críticas más concisas fue la de Isabel Ferreyra, integrante de la Red por los Derechos de los Discapacitados (REDI). Desde su silla de ruedas, señaló que el Metrobús no cumple con los parámetros de accesibilidad establecidos por las leyes de la Ciudad. “No hicieron los vados peatonales, los pasamanos no guardan las distancias reglamentarias, ni se instalaron más semáforos sonoros”, puntualizó. Agregó, además, que las paradas están muy separadas entre sí y que el Metrobús no cumple el Código de Transporte en el punto que señala que entre las 22 y las 6 de la mañana y durante tormenta o lluvia, el ascenso y descenso “debe hacerse antes de la encrucijada que el pasajero requiera, aunque no coincida con la parada”. Por último, señaló que las rampas no están protegidas y se quejó por la falta de capacitación brindada a los choferes.
La Comisión Evaluadora del Metrobús se reunió, en promedio, a razón de una vez por año. Descontadas las promesas y proyecciones, sólo puede evaluar lo realizado. El Ejecutivo mantiene un cerrado manejo de la extensión del sistema. La tónica que caracterizó a la reunión fue la falta de información brindada por el Gobierno de la Ciudad. Por eso, alguien dijo con mordacidad que, más que evaluadora, era una “comisión de autopsia”: sólo debate hechos consumados.
DZ/rg
Fuente Redacción Z
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