Entre las ilustres visitas que arribaron a Buenos Aires para el primer aniversario de la Revolución de Mayo, la carismática infanta Isabel de Borbón, que venía como embajadora de la Corona española, fue, sin dudas, la que más sedujo a los argentinos.
La infanta, conocida en Madrid como «La Chata», era hija primogénita de la reina IIy de Francisco de Asís de Borbón. Fue princesa de Asturias y heredera al trono hasta el nacimiento de su hermano, el príncipe Alfonso, en 1857. Aclamada por su pueblo, no corrió la misma suerte en su vida amorosa.
La tía de Alfonso XIIIera muy popular en su país por su estilo jovial y desenfadado, vestía de forma alegre y llamativa, y le encantaban los mismos sitios que a su pueblo: romerías, procesiones, verbenas, saraos, meriendas y, por supuesto, los toros.
En Buenos Aires no mantuvo una actitud distinta. Además del presidente de la Nación, Figueroa Alcorta, cientos de personas se acercaron a darle la bienvenida con banderas españolas y argentinas cuando ingresó al puerto escoltada por buques de guerra, el 18 de mayo.
Durante su estancia en la Argentina, la infanta fue infatigable. Visitó, entre otros, el Hospital Español, el Teatro Colón, el Jockey Club, la Rural y el Club Español. Participó en la inauguración del Pabellón de España en la Exposición de las Naciones.
Isabel de Borbón, que muchas veces se desplazó en coche abierto de cuatro caballos, se mostró cercana a la gente y particularmente emocionada cuando se encontraba con la comunidad española que residía en nuestro país. Asu vez, Isabel de Borbón fue anfitriona a bordo del Alfonso XII. De esa visita ha quedado un registro completo en el valioso testimonio, titulado «Viaje de S. A. de Borbón a la celebración de las fiestas de la independencia argentina». pedido de la infanta, lo fue escribiendo el marqués de Valdeiglesias apenas dejaron Cádiz a bordo del transatlántico Alfonso XII. Son 34 cartas que incluyen, además de la crónica, ilustraciones, saludos de personalidades y poesías que le fueron dedicados a Isabel de Borbón durante los festejos patrios. También consta un relato pormenorizado de su visita a Luján, donde entregó la bandera enviada por la ciudad de Zaragoza y el discurso del embajador español en el acto durante el cual se colocó la primera piedra en el monumento ofrecido por los españoles a la República Argentina.
Las crónicas fueron publicadas en el diario La Época, de Madrid, propiedad del marqués de Valdeiglesias. En la presentación que hace de este texto el Instituto Cervantes se las valora como «una ejecutoría imperecedera a los nuevos lazos de la fraternidad de América hacia la madre patria que dio a aquel mundo vida civilizada y eternas auroras de próspero y amplio porvenir».
Fuente Redacción Z
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