¿Cuáles suelen ser las dificultades de los chinos para adaptarse a la Argentina?
La principal es la imposibilidad de proyectar a largo plazo, ya sea por la economía o la inseguridad. Eso asusta a muchos inmigrantes chinos, que terminan yéndose después de haber puesto su esfuerzo acá. A su vez eso trae la incomprensión de la sociedad argentina, porque piensan que vinieron para aprovechar un momento y después irse.
¿La escuela cambia dinámicas, además de los chicos, de los padres?
La educación es muy diferente. Acá la escuela es para socializar, allá lo que importa es estudiar. Acá tenés que llevarlos a pijamadas, festejar cumpleaños, recibir compañeritos en tu casa y dejar a tu hijo ir a las de otros. Es difícil que las familias orientales entiendan la importancia que se le da acá a la socialización. Todo eso yo lo aprendí de a poco y trato de transmitírselo a otras mamás chinas.
¿Por qué pensás que es así?
Porque lo social no es un valor para nuestra cultura. El valor está puesto en que te saques buenas notas. En China, en la secundaria, se dice que tus compañeros son tus enemigos, no tus amigos, porque todos compiten para entrar a la universidad.
¿La integración es más fácil para los chicos?
A mi nena una vez en el colegio un compañero le dijo que ella era japonesa y le hizo burlas estirándose los ojos con los dedos. Ella le contestó que era argentina, después vino a casa confundida y me dijo: “Y ustedes son taiwaneses”. Entonces pregunté en el colegio, al que iban otros hijos de inmigrantes, si tenían un programa de integración, de multiculturalidad. Me dijeron que los chicos se integran naturalmente, que se dan cuenta solos de las diferencias. Si pensás así tampoco necesitan educación sexual. La educación es muy necesaria para la integración.
¿La segunda generación se integra más?
Sí, se adaptan y no quieren ir a China. Lograron ver más allá de las diferencias y apreciar las oportunidades que hay acá. Allá está bien visto que trabajes todo el tiempo, porque trabajar es progresar. Allá hay que trabajar las 24 horas, todos los días. Acá tengo una vida.
Estudiantes a estudiar
En marzo del año pasado, el gobierno porteño inauguró salas bilingües para cuatro y cinco años en la Escuela N° 11 de Parque Patricios, a donde concurren chinos y argentinos.
Esto se dio gracias a un acuerdo con la ciudad de Beijing y cuenta con el apoyo del gobierno chino para favorecer la integración. El proyecto prevé que continúen su aprendizaje en la primaria.
Foto: Guille Llamos.
DZ/JPC
Fuente Redacción Z
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