Destacada integrante de la Fundación Vía Libre, entidad civil sin fines de lucro en apoyo al software libre, es una de las mayores detractoras de la Boleta Única Electrónica (BUE) que se usará por primera vez en la ciudad de Buenos Aires en las elecciones para jefe de Gobierno del 5 de julio.
El gobierno porteño dice desde su página que “el sistema no pretende reemplazar las ventajas del voto tradicional sino complementarlas con tecnología de avanzada” ya que “a diferencia de la urna electrónica, la máquina de votación no almacena la información de voto sino que la registra e imprime en una boleta que se deposita en la urna”. Busaniche asegura que eso es “lisa y llanamente una mentira” y que hay facilidad para violar el secreto del voto.
¿Cuál es la mentira?
La máquina es una computadora de propósito general con un sistema operativo afín. Eso es innegable. Tiene puertos USB, placa de red, audio y video. Esto quiere decir que podés conectarla a internet y ver porno, por ejemplo, o vulnerar la privacidad del voto. Cada boleta, además, tiene un chip de identificación por radiofrecuencia con un número de serie único que se puede leer o anular a distancia.
¿Qué diferencia hay entre la boleta única electrónica y el voto electrónico?
No hay. Llamarlo de forma diferente es un ardid del PRO para saltarse la ley electoral, que manda que si se incorpora el voto electrónico tiene que pasar con mayoría especial en la Legislatura. Eso no sucedió. Esto lo llevó adelante el gobierno porteño, en conveniencia con la empresa MSA S.A. (Magic Software Argentina), que tiene varios contratos con la Ciudad.
¿Es el mismo sistema usado en Salta?
Es exactamente el mismo, y en Salta se llama voto electrónico. También está en Ecuador y lo venden ellos mismos, Magic. Acá se llama de otro modo para sortear la ley 4.894, que se aprobó en diciembre de 2013 y establece recaudos en caso de la incorporación de tecnologías. La boleta única electrónica no cumple con la ley. En el artículo 24 del anexo 2, hay una lista de requisitos, entre otros que garantice el secreto del voto, que haya una solución de contingencia en caso de que algo falle y toda una serie de cuestiones que no se están dando.
¿En qué beneficiaría al gobierno porteño el uso de la BUE?
Este gobierno tiene una impronta de tecnoutopía y una compra acrítica de tecnología. Supongo que responde a esa ideología de traer innovación, parecer modernos y todo ese discurso.
¿Hay algún acuerdo con la empresa?
No tengo pruebas para señalar algún arreglo. Sí puedo decir que Magic tiene otros contratos de compra directa con el gobierno de la Ciudad y con el Supremo Tribunal de Justicia. Ésta es una licitación millonaria que estuvo abierta 15 días. Hubo dos oferentes y la resolvió en una semana un equipo técnico que carece de idoneidad para evaluar un tema de esta naturaleza. Las interpretaciones posibles de esto las dejo libradas a los lectores. Y electores.
¿Funciona el sistema de Magic?
En Salta pasó de todo. Hubo un error, reconocido por la empresa, en casi 300 máquinas. Poder Ciudadano hizo una auditoría en la elección y documentó un caso en el que un votante manipuló una de las máquinas y la puso en modo administrador.
¿Eso qué significa?
Que puede ser recalibrada para que al tocar la interfaz del candidato A emita un voto para el B, entre otras cosas.
¿No hace falta una clave para eso?
Claro. Las autoridades de mesa tienen una en su credencial, que se usa para abrir la elección y después para cambiarla a modo escrutinio. En Salta, fueron publicadas en internet. Con esas claves una persona fue y quedó demostrado en pleno acto electoral que se puede vulnerar el sistema.
¿Hay algo bueno para decir sobre el voto electrónico?
El gobierno porteño insiste con que es simple, pero no dice que sea seguro.
¿No se imprimen menos boletas y se ahorra dinero?
Se imprime menos, pero cada boleta es mucho más cara. Es un papel mucho más sofisticado con un chip, un elemento electrónico que, en el caso de esta elección, se compra a China.
¿Y no es ecológico usar menos papel?
En términos ecológicos, la basura tecnológica es peor. Requiere minería, que ya sabemos que es malísima.
¿Tenés más críticas?
Muchísimas. Por ejemplo, que se elimina el cuarto oscuro. Y a diferencia de los lugares en donde se vota con boleta única, como Santa Fe y Córdoba, no hay ni siquiera un cubículo. Es porque la máquina es vulnerable a ataques sencillos, como que le peguen un chicle en la parte de la impresión. Ese tipo de cosas la puede dejar fuera de servicio. Entonces, la recomendación es que la autoridad de mesa no la pierda de vista. Así que los presidentes, además de custodiar la urna, van a tener la responsabilidad de cuidar la máquina. Y el resultado es que vos vas a estar votando adelante del todo el mundo. El único recaudo es que la pantalla va a apuntar a la pared.
A tu juicio, ¿cuál es entonces el mejor sistema para votar?
Lo mejor es votar en papel y hacer el escrutinio analógicamente. Meter tecnología en el sistema de emisión o recuento de los votos es abrir una puerta enorme al fraude y ampliar las posibilidades de ataque contra la elección. La boleta electrónica abre la puerta al fraude. En este momento, sólo seis países usan masivamente un sistema electrónico de votos y son cada vez más los que han ido en retroceso, como Irlanda o Bélgica. Alemania y Austria lo declararon inconstitucional y Holanda lo prohibió. Paraguay iba camino a la incorporación del sistema que hay en Brasil, pero volvieron atrás. Brasil tiene el peor de los escenarios. El sistema no deja ningún rastro en papel, no hay modo de hacer un conteo o tener un backup y hay que confiar en la máquina. Recordemos que Brasil tiene el récord mundial de voto nulo.
¿Cuál es el mejor sistema en práctica en la Argentina?
El de la boleta única, en papel. Nada electrónico. Es una boleta separada por cada categoría en la que figuran todos los candidatos. Se marca con una cruz a quien se quiere votar y se pone en la urna correspondiente, que está diferenciada por un color que corresponde a gobernadores, diputados, legisladores, etcétera. Como el sistema que hay en Santa Fe y Córdoba. Eso es lo que manda la ley en Buenos Aires, pero no es lo que va a pasar.
¿Por qué es mejor?
No es el mejor o el ideal, pero es el sistema que soluciona problemas como robo de boletas o voto cadena. Además garantiza la privacidad y la robustez. Es el modo más antiguo de votación en el mundo.
Fuente Redacción Z
0 Comentarios
Sé el primero en dejar un comentario!