Apenas el acordeón rompe el silencio con su ritmo cortado. Apenas las guitarras acentúan esa célula rítmica del seis por ocho. Apenas todo eso pasa, en algunos rincones de la ciudad, alguien retiene con la mano izquierda la mano derecha de una dama. Comienza el zapateo, ese marcar el compás con la planta de los pies. Por momentos, resulta raro ver a alguien bailar chamamé en un local céntrico de esta ciudad; quizá porque es el género folklórico más atado al paisaje y al hombre de campo, al guaraní, a los ríos y esteros del Litoral. De todas formas, la relación del chamamé con Buenos Aires no es nueva.
En los años 20, los sellos discográficos de esta ciudad hicieron las primeras grabaciones de aires correntinos. Aprincipios de los 30, Odeon, Brunswick y RCAVictor recibían correspondencia de todo el Litoral solicitando grabaciones. El pianista Francisco Pracánico y el poeta Diego Novelli Quiroga compusieron la obra “Corrientes poty” (“La flor de Corrientes”), que fue grabada en febrero de 1931. El membrete del disco decía “chamamé correntino” y fue el primer registro de la historia discográfica en donde se cita el género.
Hoy, 83 años después de aquella grabación, las grandes pistas de baile y shows con músicos en vivo están en Florencio Varela, Rafael Castillo y otros puntos del conurbano bonaerense. Sin embargo, comienza a crecer la oferta en la ciudad de Buenos Aires, impulsada también por un gran semillero de nuevos acordeonistas, guitarristas y cantores. Acá va entonces un recorrido por algunos de los lugares para escuchar esa música, enlazar cuerpos suavemente o explotar en un grito de sapucay.
Encuentros Culturales
Desde 2002, la Casa de Corrientes en Buenos Aires (San Martín 333) organiza los “Encuentros Culturales de los Viernes”, en el que se ofrecen charlas, exposiciones, presentaciones de libros y, como cierre, recitales de grupos chamameceros.
El salón es grande, con un pequeño escenario en el que primero algún referente habla de los grandes próceres del género y luego suben los grupos a tocar. Hay mucha luz. En un costado, alguien calienta unas empanadas para vender. En otro costado, se ven las oficinas cerradas.
“Quisimos poner en valor nuestro patrimonio cultural. Se puede presentar un libro u ofrecer una charla sobre algún poeta litoraleño. Siempre el final es con un recital”, contó Milcíades Aguilar, quien está a cargo de la organización.
Aguilar cree que hay una revalorización del chamamé en todo el país. “Lamentablemente, la música y la danza se tomaron a la ligera durante muchos años. El bailarín de chamamé vive de una forma especial la música y se expresa a través de ese movimiento. Es algo que traemos desde Corrientes y lo tenemos muy presente cuando estamos en el éxodo. Ahora, a raíz de esa valorización, hay muchos jóvenes tocando chamamé con acordeón, guitarra y bandoneón. El género está viviendo el mismo proceso del tango: viene del suburbio –en este caso del Gran Buenos Aires– y llega a la ciudad”.
Los que se acercan por primera vez, agrega Aguilar, quedan sorprendidos por la gran variedad que tiene el género. Aprenden la diferencia entre un chamamé, un rasguido doble y un valseado. Distinguen las figuras del baile. Y comienzan a escuchar algunas palabras en guaraní.
“Ven que hay distintas formas, modos y estilos de la música. Hace poco, dimos una charla sobre el chamamé y la cultura correntina a 30 maestros de la ciudad, que se fueron a casa con una cosa nueva. Empezaron a conocer algo que tiene que ver con lo nuestro. Nuestra poesía también es muy diversa: le cantamos al amor, al paisaje y al hombre. Mucha gente se quedó con ‘El rancho ‘e la Cambicha’, que compuso Mario Millán Medina y popularizó Antonio Tormo. Pero los ritmos litorales van mucho más allá de ese rasguido doble.”
Aunque se hace en la Casa de Corrientes, el perfil del público es variado; está compuesto por litoraleños y algún norteño enamorado del chamamé. En general, el promedio de edad es de más de 40 años. Bernardo Giménez y José Luis Ojeda son amigos desde hace varias décadas. Conducen un programa de radio en Rafael Castillo sobre el chamamé. “Venimos a encontrarnos con otros litoraleños y a bailar un poco con alegría. Somos jubilados. Esto nos sirve para divertirnos y pasar el rato”, dijo Giménez, de la localidad correntina de Alvear.
Rincón del Sapucay
Cuarenta pesos las damas y sesenta los caballeros es el precio de la entrada. “El Rincón del Sapucay” se hace todos los domingos en un salón de la avenida Sáenz en Pompeya. Cada fin de semana, tocan un promedio de 10 grupos, con un perfil joven; quizá porque en el lugar, además, funciona una bailanta. Es una peña folklórica chamamecera, que se hace durante el día. Arrancamos al mediodía y terminamos cerca de las nueve de la noche. Éste es el tercer año que la hacemos”, contó Stella Maris Pepe, una de las organizadores, junto a los correntinos Eduardo Díaz y Víctor Morel. El Nuevo Cuarteto Litoral, el mercedeño Ramón Sandoval, Ariel Gómez y sus Príncipes, Damián Ibáñez y Emiliano Cardozo y los Cardositos son algunos de los artistas que actúan en el lugar. Además, como sucede en otros casos, los organizadores también tienen un programa de radio chamamecero.
La tradición
La Asociación Correntina General San Martín tiene 111 años de existencia. Su presidente es Rita Sosa Cordero, hija del recordado Osvaldo Sosa Cordero, músico, escritor, periodista, dramaturgo y dibujante, autor del libro Romancero Guaraní, donde se encuentra el conocido poema “Corrientes tienen payé”. Una vez al mes, la asociación organiza sus veladas chamameceras en Palermo. “El resurgimiento del chamamé se dio de la mano de formaciones nuevas y de gente joven interesada en el género. Algunos hacen el género más tradicional, que cultivaba mi papá, y otros lo encaran con una mirada moderna como Los Alonsitos, pero sin perder sus raíces. La mayoría de los correntinos disfrutan del chamamé en su cadencia tradicional.”
En la asociación, a diferencia de otros lugares, el espacio está dispuesto con sillas y está pensado más para la escucha que para el baile. “La idea es brindarle al músico un lugar para que sea escuchado, con todo los matices del chamamé. Hay otros lugares, como la Casa de Corrientes, donde se baila. Acá el recital forma parte de un programa cultural, que incluye la presentación de un libro, una conferencia u otras actividades por el estilo, que terminan con un momento musical.”
De a poco, el chamamé está recuperando su lugar. Desde la propuesta más exquisita de Raúl Barboza (ver recuadro) en un teatro hasta las bailantas de Pompeya con nuevos grupos. Desde los viernes chamameceros a metros del Obelisco en la Casa de Corrientes hasta las veladas palermitanas de la Asociación Correntina. El chamamé tiene un payé (embrujo en guaraní) que muchos están descubriendo.
Dónde
• Fiesta del Chamamé en la Usina del Arte: Caffarena 1, La Boca. Del 11 al 13 de octubre. Gratis. Programación en usinadelarte.org.
• El Rincón del Sapucay: Avenida Sáenz 459. 4912-0708. Domingo, desde las 13.
• Casa de la Provincia de Corrientes: San Martín 333. 4325-1597. Viernes desde las 20.30.
DZ/rg
Fuente Redacción Z
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