La cárcel exclusiva para contraventores ya es una realidad en la Ciudad de Buenos Aires. Fue inaugurada ayer en el Centro de Servicios Judiciales de Pompeya y depende del Ministerio de Justicia porteño.
Tras muchos años de idas y vueltas en sedes precarias (Viamonte al 1100 y Club Atlanta), y la afirmación del ministro Guillermo Montenegro de que la política de seguridad tendía a que los contraventores cumplieran arresto domiciliario, el flamante centro de detención está funcionando en la calle Beazley 3860 y ocupa 1000 m2 de los 5000 m2 que tiene el Centro de Servicios Judiciales. A diferencia de las cárceles para contraventores anteriores, improvisadas y sin equipamiento de seguridad adecuado, esta cuenta con cámaras, sanitarios antivandálicos y pabellones para hombres y mujeres. Allí trabajan 45 efectivos de la Policía Metropolitana, repartidos en tres turnos.
Las penas para contraventores duran un máximo de 90 días y se aplican a quienes violen alguna de las leyes del Código Contravencional porteño, como obstaculizar la circulación de vehículos, ensuciar bienes, afectar el funcionamiento de los servicios públicos, perturbar con ruidos molestos, vender alcohol fuera de horario, revender entradas, instigar disturbios en espectáculos masivos, conducir en estado de ebriedad o bajo el efecto de las drogas, violar clausuras y la organización y explotación ilegal del juego, entre otras.
El año pasado, 117 contraventores no cumplieron plena alguna por falta de sede. Con este nuevo predio, la justicia porteña busca que esa situación no se repita.
Fuente Redacción Z
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