Llegó al mundo hace exactamente un siglo, cuando en la Argentina se votaba por primera vez bajo el imperio de la Ley Sáenz Peña. Horacio Salgán, uno de los grandes renovadores del tango, sopla hoy cien velitas. El tango en particular y la cultura en general se aprestan a honrar al gran músico.
Para muchos, Salgán renovó el tango casi al mismo nivel que Astor Piazzolla, y a la par de otros vanguardistas como Eduardo Rovira. Pianista desde su juventud, con la orquesta que formó en los 40 cantaron Edmundo Rivero y Roberto Goyeneche, entre otros.
Más tarde llegó el Quinteto Real, una formación que lo tuvo a él en el piano, junto a Ubaldo De Lío (guitarra), Rafael Ferro (contrabajo), Pedro Laurenz (bandoneón) y Enrique Francini (violín). También tuvo un dúo muy celebrado con De Lío y fue un habitué del Club del Vino, hasta donde fueron a escucharlo músicos de la talla del pianista clásico francés Jean-Yves Thibaudet.
Salgán se mantuvo activo hasta pasados los 90 años junto a su orquesta, e incluso se dio el gusto de tocar en el Teatro Colón. Hoy la posta la continúa su hijo César. Justamente, César Salgán será el encargado de llevar adelante la actividad central en el día del centenario de su padre. A las 20.30, dirigirá su orquesta en la Sala Argentina del Centro Cultural Kirchner, con una selección de los mejores tangos de su padre.
Así, sonarán clásicos como “La puñalada”, “A fuego lento” y “A don Agustín Bardi”, en un día en que la ciudad y el tango celebran a uno de sus máximos creadores.
DZ/JPC
Fuente Redacción Z
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