La revolución del 25 de mayo de 1810 no hubiera nunca llegado a gestarse en el territorio del Río de la Plata si no hubiesen existido hombres capaces de interpretar los hechos acontecidos en España para lograr conducirlos hacia sus propios objetivos de liberación. Entre estos hombres se destacó Juan Hipólito Vieytes. Nació en San Antonio de Areco el 12 de agosto de 1762, hijo de Don Juan Vieytes y de Petrona Mora Fernández de Agüero. Su vivienda familiar se hallaba en la calle Real N° 133 (hoy Ruiz de Arellano) frente a la plaza céntrica. Su familia decidió trasladarse a Buenos Aires para que Hipólito pudiera obtener una buena educación formal. Así, se graduó en filosofía y jurisprudencia en el Real Colegio de San Carlos.
En 1802 fundó el Semanario de Agricultura Industria y Comercio. Desde este periódico pudo dar a conocer las nuevas ideas políticas y económicas de la época. sus artículos se destacaba la defensa del libre comercio y la importancia de la industrialización en una región que naturalmente respondía al modelo agrícola ganadero. Como recordaría Juan María Gutiérrez al escribir su biografía, sólo las atenciones de la defensa del país contra los ingleses en 1807 pudieron arrebatarle su pluma. su vida personal se conocen pocos datos. Estuvo casado con Josefa Torres y con ella adoptó dos hijos: José Benjamín y Carlota Joaquina. El nombre de la pequeña fue elegido en homenaje a la infanta española, hija de Carlos IV, y esposa del regente de Portugal. Un grupo de reconocidas figuras de la política criolla, entre los que se encontraban Hipólito Vieytes, Mariano Moreno, Juan José Castelli y los hermanos Rodríguez Peña, intentó en 1809 que Carlota Joaquina se convirtiera en regente del Virreinato del Río de la Plata, ya que su hermano, el «rey deseado» Fernando VIIestaba prisionero tras la invasión de Napoleón Bonaparte a la península ibérica y el ascenso al trono español de su hermano, José Bonaparte.
Sin embargo, Hipólito Vieytes se convirtió en un importante personaje histórico gracias a su producción de jabones y velas. Junto a su amigo Nicolás Rodríguez Peña instaló su comercio, según la visión de la mayoría de los historiadores, en Tacuarí y Venezuela. Su jabonería sirvió como lugar de reunión para los criollos que estaban buscando una salida frente a la crisis de legitimidad del poder español. Así, en el Cabildo Abierto del 25 de Mayo se resolvió la formación de la Primera Junta de gobierno patrio. La muerte lo sorprendió cinco años después de haber conseguido su objetivo de crear un gobierno criollo. Sin embargo, en ese tiempo participó en una misión en el Ejército del Norte, reemplazó a Mariano Moreno como secretario de Gobierno y Guerra, fue intendente general de Policía de Buenos y diputado en la Asamblea del Año XIII.
Una anécdota que lo muestra en su faceta más humana es que cuando se decidió engrosar con una Compañía de Castas las filas del Ejército del Perú, él dio la libertad al único esclavo que poseía y le colocó bajo las banderas de la patria, fiel a su pensamiento.
Pese a haber sido un hombre tan importante en la formación de nuestra Patria, tras la caída de Alvear, fue desterrado al pueblo de San Fernando, donde murió el 5 de octubre de 1815.
Fuente Redacción Z
0 Comentarios
Sé el primero en dejar un comentario!