¿Qué destacaría en materia urbanística durante el último año?
Se produjeron varias transformaciones, algunas positivas y otras no tanto. El Gobierno dio pasos concretos para desincentivar el uso del automóvil, sobre todo en el centro. La llamada peatonalización es un plan muy bueno. La llegada del Metrobús, una obra insignia, también es interesante, aunque hubo polémica. La obra se concretó, está instalada, y marca un rumbo.
¿Instalar la bicicleta como medio de transporte es un logro?
Sí, y muy interesante. Las bicicletas empezaron a verse con más intensidad, se ha masificado. Esto debería crecer mucho más. Este sistema permite hacer viajes cortos con mayor fluidez, y descongestionan muchísimo.
¿No hay falta de coordinación entre los distintos sistemas?
En la Ciudad parece que los distintos medios de transporte salen a competir entre sí. Y la verdad es que son todos complementarios. Además hay frenadas dos obras fundamentales. Una parece estar a punto de destrabarse, la Autopista Illia, que va a sacar los camiones de la Costanera y los llevará por un carril exclusivo. Y también falta hacer la Autopista Ribereña, un enlace con todas las autopistas que ingresan a la Ciudad.
¿Qué otros desafíos se plantean?
El gran desafío es la intención manifiesta del jefe de Gobierno de duplicar la población de la Ciudad, tener 6 millones de habitantes.
¿Cómo es eso?
Según la perspectiva de Macri, sería para que los 3 millones de personas que entran por día a la Ciudad vivan en ella. Esto implica construir una ciudad arriba de la otra. Si bien es cierto que hay muchas viviendas desocupadas, también hay mucha gente con problemas de acceso. Hay áreas muy colapsadas, otras no tanto, y otras son espacios verdes recreativos. No son espacios vacantes. Por momentos, el macrismo cree que el Parque Roca o el Autódromo son lugares donde se pueden hacer desarrollos inmobiliarios.
¿Qué opina de construir la Villa Olímpica y luego destinarla a viviendas sociales?
Es interesante, lo hicieron Barcelona, Londres… la recomposición del tejido urbano a través de eventos urbanísticos. Pero acá hay un punto en el que yo no estoy muy seguro de si eso está bien. En la Comuna 8 hay mucha vivienda social, lo que necesitás es no consagrar ese lugar como un destino para los pobres, sino tratar de que exista mixtura social. Si no, mandás los pobres al sur y garantizás un nicho de ricos en el norte.
¿Se fomenta la fragmentación?
La segregación social es un problema grave. Todas estas acciones tienden a fomentar las desigualdades. Un sur pobre que recibe de repente estas megainfraestructuras no va a salir de su pobreza. Todo lo contrario: se va a profundizar. Proyectan una planta de transferencias de cargas en el Parque Roca. ¿Por qué no la hacen en el Parque Tres de Febrero?
¿Qué impacto urbanístico tienen las megaobras como el Banco Ciudad de Parque Patricios, el Centro Cívico en el Borda y el Centro de Exposiciones?
Posicionan en forma competitiva a la Ciudad. El impacto de estas actividades en el entorno siempre es fuerte. Pero creo que son iniciativas aisladas que se encaran sin un marco de discusión adecuado. Hay que rediseñar un marco normativo, tenemos un Código de Planeamiento Urbano vetusto, obsoleto. No hay unidad morfológica. Existe una intención de modificarlo, pero por el momento no hay voluntad política.
Si se repite una tormenta como la del 2 de abril, ¿qué pasa?
Lo mismo. Las obras del Maldonado avanzaron bastante, pero las del Vega y el Medrano y el Cildañez, en la zona sur, están muy retrasadas. El 2 de abril no hubo sudestada y sin embargo el agua llegó a lugares impensados, como Flores, Floresta, Liniers. En la zona más alta de la Ciudad. Esto tiene que ver con la permanente impermeabilización del suelo, la falta de infraestructura. Pero parecería que no formara parte de la agenda de los problemas.
DZ/rg
Fuente Redacción Z
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