La apertura de la Feria del Libro se vio intervenida por la crisis educativa.
Apenas el ministro de Cultura porteño intentó utilizar el micrófono para dar la bienvenida, un centenar de estudiantes y docentes, que estaban ubicados al fondo de la sala, se levantaron y al grito de consignas y levantando pancartas reclamaron contra el cierre de los 29 institutos de formación porteños que el gobierno que Avogadro integra quiere reemplazar por una universidad. «Salimos a la calle, salimos a luchar, los profesorados no se van cerrar«, atronaban.
El ministro intentó acallarlos y finalmente se retiró.
Inmediatamente subió al escenario la escritora Claudia Piñeiro que comenzó con una definición tajante: “Yo estudié en un profesorado de la ciudad, el de matemáticas, y también pido que se retire el proyecto», dijo Piñeiro que considera, como dijo Graham Greene, que «el lugar del escritor es el lugar del conflicto con la autoridad».
El discurso de Piñeiro –ver aparte- hizo eje en la función del escritor ante la sociedad, sus derechos en tanto trabajador, en el compromiso con el derecho al aborto.
Después de Piñeiro le tocaba el turno al ministro de Cultura Pablo Avelluto, que osciló entre cederles unos minutos de micrófono a los estudiantes y tildarlos de fascistas. Avelluto se retiró, furioso, y descargó su enojo en las redes sociales.
Fuente Diario ZFuente Télam
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