Cuestionarse sobre la propia sexualidad es un evento profundo y complejo que puede suceder en cualquier momento de la vida de una mujer. Sentir atracción por una persona del mismo sexo puede provocar toda una revolución interna. Sin embargo, hay algunos grises que conviene tener en cuenta para poder disfrutar de una sexualidad sana y sobre todo plena. Es muy usual que una mujer tenga fantasías sexuales con otra mujer. Tener pensamientos eróticos con alguien del mismo sexo, sentirse atraída por la idea de tener relaciones sexuales con otra mujer, tener curiosidad o simplemente encontrar excitante ver a dos mujeres en plan romántico, a priori puede ser sólo eso: una representación imaginaria de algo que encontramos estimulante o excitante, que no define nuestra identidad sexual.
Según Lesbicanarias, uno de los sitios lésbicos más consultados en Latinoamérica, ser lesbiana implica mucho más que querer tener sexo con una chica. Incluso mucho más que haberse besado con una mujer y haber sentido placer físico y excitación.
Ser lesbiana implica sentir atracción física, sexual y emocional por otras mujeres. Es decir, enamorarse de alguien del mismo sexo. Muchas mujeres acceden a realizar tríos con sus parejas y tienen contacto sexual con otra mujer y lo sienten como una experiencia muy placentera. Sin embargo, viven relaciones heterosexuales profundas y felices. Es importante poder explorar sin prejuicios. Actualmente muchas mentes se están abriendo en lo que respecta a sexualidades, géneros y sobre todo en cuanto a clasificaciones. Lo que recomienda el sitio es ante todo relajarse. No desesperarse por ponerse una etiqueta ni enloquecerse tratando de buscar una respuesta. El tiempo y la vida irán acomodando los sentimientos.
DZ/rg
Fuente Redacción Z
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