El histriónico actor y humorista volvió a las tablas con Painkiller: un show musical, humorístico y multimedia. Después de veinte años de carrera asegura que se aburre y vuelve a reinventarse en otros escenarios. Favio Posca conversó con Diario Z sobre la creatividad y sus nuevos personajes.
Por momentos delirante, burlesco y jodón; por otros, un ser reflexivo y profundo que ahonda en los sentimientos y la pasión por hacer más. Quizás esa mezcla es la fórmula indicada para que Favio Posca sea Favio Posca, un artista reconocido y constantemente solicitado por directores de cine, teatro y televisión. Supo marcar su sello desde la época en que trabajaba con Nicolás Repetto y luego la historia hizo lo suyo. Marplatense de nacimiento y porteño adoptado, se mudó a la gran ciudad cuando apenas rozaba los 20, junto a Luisa, su actual esposa y coequiper en el espectáculo que presenta en Paseo La Plaza los jueves, viernes y sábados.
Painkiller mezcla videos, música, imágenes y stand up. ¿Vos cómo lo clasificás?
No puedo encasillarlo en ningún género, no tengo nada que ver con el stand up. Lo que hago tiene que ver con una forma muy mía que no tiene ningún encasillamiento conocido. Si bien estoy solo en el escenario, tampoco tiene que ver con un unipersonal, tampoco tiene que ver con un multimedia, tampoco tiene que ver con un recital de rock. Tiene que ver con una forma original que es la Posca y no se encasilla en ningún lado. Y creo que no tiene que ver con stand up porque yo abordo la actuación desde otro lado, hablo de otras cosas y me meto en la composición real de la actuación más cruda. Siento que voy por otro camino. El stand up sería como un unipersonal, con otras disciplinas que también tienen que ver con el teatro donde yo no me encuentro ni me identifico.
¿Cómo es el proceso de creación de los personajes?
Fue muy intenso el trabajo en este año y medio. Aún estaba presentando Bad Time, y ya estaba generando Painkiller, y luego decidí parar para ponerme a laburar bien de lleno en un disco. Mis espectáculos tienen varias disciplinas, por un lado están los textos con los personajes y la música -es un gran trabajo que lleva mucho tiempo-, y por otro lado están las imágenes, los videos, las filmaciones. Luego está el trabajo con Leo Damario, que es cineasta y gran amigo, para darle el toque final a todo lo fílmico. Todo eso llevó un montón de tiempo y si bien hay personajes, como El Perro, que son clásicos, también canta tres canciones nuevas, tiene historias y textos nuevos. Sería como un nuevo show de un mismo artista, o bien como una nueva película con el mismo director. O un nuevo disco de una misma banda.
¿Cómo percibís al público?
Este fue uno de los mejores estrenos. En general los estrenos son medio duros, normalmente no es un público mío, es un público que se mezcla, se mezcla todo: los nervios, la primera vez que lo hago, los nervios de los técnicos. Pero así y todo me sentí muy cómodo, fue increíble y obviamente después del estreno uno se va a encontrar con otras cosas y con un montón de cambios. Yo soy un tipo que está todo el tiempo tratando de mejorar, y el final no es el del estreno, hay personajes que no están y hay otros que no aparecieron, textos que no están, textos que volvieron. Como tengo la posibilidad de hacerlo en vivo, puedo trabajar durante toda la semana para modificar y para perfeccionarlo. Creo que si te gustó el estreno, ahora es una topadora absoluta. También siento que fue uno de mis mejores estrenos a nivel energía. La gente estaba muy arriba. Luisa, mi esposa, estaba en la cabina controlando todo y totalmente nerviosa, pero ayudando a los técnicos, porque es muy difícil el show: tenemos DJ, músicos, técnicos de sonido, el afuera era puro nerviosismo, pero arriba del escenario pura tranquilidad. Estaba demasiado tranquilo.
El poder de hacer reír al otro, ¿caduca en algún momento?
Creo que no. Como artista me pasa que siento que estoy subido a otros cielos y recibiendo data de mi imaginación, de mi locura, pero también hay información que no tiene nada que ver con la realidad que vivimos. El estar abierto a lo creativo no muere nunca, morirá cuando yo me muera. Mientras, seguiré componiendo textos, canciones, filmando, haciendo lo que realmente me mueve y me apasiona. Aveces podés tener ganar de crear y a veces no. Pero el acto creativo es como una pulsión de vida en mí. No es algo que yo obligo, forma parte de mi ser y de mi espíritu.
¿Cuál es tu próximo proyecto después de esta experiencia?
Me gusta eso de experiencia, porque a esta altura ir a ver un show mío, más allá de ir a ver un espectáculo de teatro o de música, es realmente una experiencia, siento que la gente lo vive así. Y por un lado estoy recontraagradecido y muy sorprendido por la gente porque todos sabemos que no es un año de gloria en el teatro. La gente no está yendo al teatro, y nosotros tenemos todo el tiempo sala llena, sold out, explota la sala, tenemos anticipadas de casi veinte días. Painkiller es un fenómeno al día de hoy. Obviamente recién estreno y espero que dure mucho, pero también tiene que ver con mis ganas. Bad Time duró tres años, Los quiero muchísssimo duró uno, e igualmente veníamos llenando. La duración de mis espectáculos no tiene que ver con la cantidad de público, sino con las ganas que yo tenga de hacer algo nuevo.
En pocas palabras
• Nació en Mar del Plata en 1967.
• Está casado con Luisa y tiene dos hijos: Manuela y Rocco.
• Estrenó Painkiller en Paseo La Plaza.
• Ganó el Premio Kids Choice Awards Argentina 2011.
DZ/rg
Fuente Redacción Z
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