En un año con poca actividad parlamentaria y un fuerte enfrentamiento entre el gobierno nacional y el de la Ciudad producto de las contiendas electorales de julio y octubre, fue muy poco lo que se pudo avanzar respecto a la agenda pendiente de la autonomía porteña.
Una de las pocas buenas noticias que hubo, provino precisamente de un ámbito ajeno al Parlamento y a los poderes ejecutivos. Me refiero al fallo de la Corte Suprema de Justicia que habilitó el cobro de impuestos al barco-casino por parte de las autoridades locales.
Este hecho permitió poner nuevamente en debate la temática de la jurisdicción sobre las costas del Río de la Plata y el necesario replanteo del convenio entre la Ciudad y Nación respecto al juego.
En el ámbito del Congreso Nacional sólo se aprobó un nuevo convenio de transferencia de competencias penales, pese a la existencia de proyectos de todos los bloques que alcanzaban un traspaso más amplio de funciones judiciales.
Con respecto a la seguridad -uno de los temas más sensibles en la relación entre ambos gobiernos- 2010 había terminado en un profundo desencuentro, a partir del conflicto generado con la ocupación del Parque Indoamericano por cientos de familias que, lamentablemente, terminó con víctimas mortales y que -tras graves acusaciones cruzadas- demostró la poca seriedad para encarar un problema de profundas raíces sociales.
Durante 2011, el enfrentamiento continuó con decisiones de la ministra de Seguridad de la Nación, Nilda Garré, de carácter unilateral e inconsulto, como el plan «Cinturón del Sur», que involucró a Gendarmería y Prefectura, o la creación de un cuerpo policial de prevención vecinal para intervenir en las villas de la ciudad.
Tuvieron que pasar las elecciones para que las dos jurisdicciones iniciaran tibiamente un diálogo respecto de otras cuestiones pendientes de la autonomía, como por ejemplo el transporte.
Pero las necesidades fiscales del gobierno nacional y la oportunidad de los planteos -en el marco del anuncio de la quita de subsidios a las empresas de servicios públicos- hacen dudar realmente de la honestidad de su propuesta.
No hay dudas que constituye un avance para la autonomía porteña que el gobierno nacional esté dispuesto a transferir la administración y el control de los subtes, pero en ese sentido resulta necesario, también, que se garantice la reasignación de los recursos necesarios para solventar una correcta prestación del servicio, tal como indica la Constitución Nacional.
DZ/km
Fuente Especial para Diario Z
0 Comentarios
Sé el primero en dejar un comentario!