Metrovías tiene que hacerse cargo de su responsabilidad empresaria», señaló el ministro de Trabajo Carlos Tomada. «El Gobierno de la Ciudad se borró», había sostenido minutos antes su par de Planificación, Julio De Vido, quien apuntó contra el Grupo Roggio, dueño de Metrovías: «El grupo recibió contratos por ocho mil millones de pesos desde 2003. No puede hablar de suspender el servicio por una acreencia de 120 millones cuando pagó dividendos por 149 millones y además ganó 263 millones con las empresas tercerizadas (del subte)». Los ministros dejaron en claro en conferencia de prensa que no sólo critican a Mauricio Macri por «haberser borrado» sino a la empresa controladora del servicio. Horas antes, la empresa salió a jugar en la embarrada cancha del traspaso del subte con una carta en la que explicó que tenía 120 millones de pesos de pasivo y que eso ponía en riesgo el servicio. «Es ilegal suspender el servicio», respondió De Vido y advirtió (fue muy preciso en que no se trató de una amenaza) a la empresa que se revisarán los contratos que tiene en todos los municipios del país.
Roberto Pianelli, referente de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (Agtsyp) había advertido a Diario Z que «hay que prepararse para un conflicto que será muy largo e irá creciendo. Por lo que veo en las reuniones que venimos teniendo con la empresa, Metrovías no va a mover un pelo para destrabarlo porque quiere agudizar la contradicción entre la Ciudad y la Nación. De esa manera, con el río revuelto y la gente indignada, uno de los dos tendrá que hacerse cargo de ‘bajarle’ la plata de los subsidios. La empresa viene a las negociaciones a no negociar».
Metrovías difundió un comunicado que corrobora las observaciones de Pianelli señalando que está imposibilitada de «asumir nuevos costos en el servicio sin que se produzca alguna definición sobre el origen y la continuidad de los fondos».
Lo cierto, es que desde el mediodía del miércoles y durante todo el jueves, los trabajadores del subte y el Premetro realizan un paro total de actividades. El reclamo paritario es un aumento salarial del 28 por ciento, la ampliación de los días de licencia por maternidad, estudio, enfermedad, vacaciones y mejoras en la calidad del trabajo. Pianelli señala que «por año mueren dos trabajadores del subte por falta de inversión en seguridad laboral. Somos conscientes de que es la actitud de la empresa de no querer negociar la que nos lleva al paro y que nosotros ponemos la cara ante la gente. Pero se tiene que entender que nuestro plan de lucha ha sido y será gradual. Empezamos levantando molinetes, después hicimos pequeños paros y ahora llegamos a este punto que se irá incrementando en tanto no tengamos una respuesta acorde con nuestro reclamo. Nuestro paro también es por la seguridad del pasajero. La población tiene que saber que en los talleres, cuando reparamos un vagón, lo hacemos desarmando otro. Y esto ocurre porque Metrovías no le está pagando a muchos proveedores de insumos».
Días atrás, Metrovías había difundido otro comunicado en el que calificaba como «crítica» su situación financiera por la falta de pago de los subsidios y que su rojo presupuestario alcanzaría los $ 120 millones y que repercutirían directamente en los sueldos de los trabajadores.
Rafael Gentili, legislador de Proyecto Sur, quien ha elaborado dos minuciosos informes acerca de las ganancias de la concesionaria, señaló a Diario Z que «los 60 millones mensuales -720 millones al año- de subsidios que les corresponden a Metrovías, Nación y Ciudad se lo dividen en partes iguales: a cada uno le atañe poner 30 millones. El tema es que Ciudad dice que su parte ya la cumplimentó con el aumento del 127 por ciento y que por ello no le corresponde seguir pagando. Al mismo tiempo, tanto Nación como Ciudad estimaron que Metrovías podría responder a sus obligaciones con lo que recaudaría por la venta de pasajes, pero le erraron en el cálculo ya que mucha gente dejó de tomar el subte justamente por la suba del costo del boleto». Según recientes cifras difundidas por el Indec, entre enero y marzo de 2011 se subieron al subte cerca de 65 millones de pasajeros, mientras que en los primeros tres meses de este año lo hicieron 56 millones. Casi nueve millones de pasajeros que ya no están.
Alejandro Ramos, secretario de Transporte, aclaró en la misma conferencia: «El subte es de la Ciudad desde el año 79, sólo se transfirió la operación del servicio». De Vido agregó: «Macri firmó el 4 de enero un acuerdo y ratificó la potestad de la Ciudad de controlar, fiscalizar y poner la tarifa. Alos cuatro días la subió un 127 por ciento. Luego el Gobierno de la Ciudad se borró».
Piccardo por la fuerza
Mientras que la gente sigue esperando en el andén la solución al conflicto, funcionarios nacionales y porteños buscan impactar en la agenda. El jueves pasado, el Ministerio de Trabajo mandó a buscar por la fuerza pública al titular de la empresa Subterráneos de Buenos Aires SA(Sbase), Juan Pablo Piccardo, para que se sentara en las reuniones paritarias a discutir los salarios de los trabajadores. El ex ministro de Espacio Público porteño y en su momento responsable político de la Ucep ya había sido convocado en cuatro oportunidades.
Piccardo fue por sus propios medios a la reunión para evitar fotos peores y luego presentó un habeas corpus ya que consideró que Tomada lo había privado ilegalmente de su libertad. Este recurso judicial fue descartado rápidamente por el juez Fernando Klapnebach. «Intervine como ministro de Trabajo para resolver una paritaria. Y Piccardo es el presidente del subte. Aún no hizo ninguna propuesta», dijo Tomada.
DZ/km
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