Se reivindican como amigos. Trabajaron juntos en el Pami, en la Fundación Sophia, llegaron juntos al PRO y se conocen de memoria desde hace más de 15 años. Sin embargo, desde que María Eugenia Vidal fue elegida compañera de fórmula de Mauricio Macri y su figura empezó a crecer, la relación no fue la misma, y hoy está en su peor momento: los dos apuestan a suceder a Macri en 2015. “Hace tiempo ya que Mariú no es más de Horacio, ahora es de Mauricio directamente”, comenta un alto funcionario de Bolívar I. Si bien Vidal suele decir que no haría nada para enfrentarse a Larreta, la guerra está desatada. El jefe de Gabinete deslizó en no pocas oportunidades que si la vicejefa fuera por el sillón del líder del PRO sería una “traición”. Incluso lo expresó en septiembre en una entrevista con el diario La Nación: “Yo creo que María Eugenia no va a hacer nunca nada por lo que yo la tenga que perdonar”. Un mensaje que Vidal recibió con desagrado.
Mientras tanto, Vidal armó un modelo de construcción en silencio con los dirigentes comunales y los militantes territoriales de PRO (se reúne con ellos y a fin del año pasado comió un asado con un grupo nutrido). En el Gabinete, ya colocó a dos ministras de su confianza: Carolina Stanley, en Desarrollo Social y Graciela Reybaud, en Salud. AStanley le dejó el ministerio que ocupó los primeros cuatro años de gestión, parte de su equipo de trabajo y el know how del día tras día.
Pero ése no es el punto. Lo que más molesta al jefe de Gabinete es el rol de vocera de la gestión (y de la política) que adquirió Vidal. Ese rol antes era suyo y se sacaba todas las fotos en inauguraciones y anuncios de gestión. Ahora tiene que compartir ese espacio. “El problema es cuánto tiempo pueda María Eugenia sostener esta postura neutra con respecto a 2015, tarde o temprano van a chocar”, opina un ministro “neutral”.
Cuentan en el PRO que varias cosas cambiaron: Vidal empezó a concurrir a reuniones de control de gestión, donde participan ministros y funcionarios de menor rango y dan cuenta sobre la marcha de las obras y proyectos. Estos encuentros siempre estuvieron reservados a Macri, Larreta, sus asesores y, ocasionalmente, el secretario general, Marcos Peña. Ahora Vidal hasta opina sobre la marcha de la gestión. La próxima batalla serán las listas de 2013. La vicejefa quiere colocar, al menos, dos candidatos a legislador. Larreta, un diputado y tres legisladores, sin contar los lugares que podría sumar si se presenta como senador por la Capital. En su entorno entusiasma una idea que dejaría a Vidal afuera de la pelea por la Ciudad en 2015: una candidatura en provincia para estas legislativas. Sin candidatos fuertes en el principal distrito del país, esta idea todavía tiene eco. Por ahora, las mediciones que tienen en Bolívar Imuestran que Larreta sigue siendo el dirigente con mejor imagen detrás de Macri y, por poco ya, de Michetti. Sin embargo Vidal, quien posee un conocimiento apenas superior al 50%, mantiene una imagen negativa menor a 20 puntos. “Vidal aparece como más fresca y, por su condición de mujer, más amena. Y, a diferencia de Michetti, puede mostrar gestión”, apunta un funcionario que maneja los números del PRO.
Sin embargo, el camino a 2015 tiene el 2013 por delante. Y allí no habrá chances de que compitan entre sí.
Fuente Redacción Z
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