«Fue el año más crítico para la recolección de la basura en la ciudad durante toda esta gestión, sobre todo en el segundo semestre. Hubo 18 bloqueos y paros, y un sinfín de problemas. Por cada día perdido, necesitamos otros tres para dejar las calles limpias. Y la basura se acumuló en las esquinas. Estamos a mitad de camino y estoy orgulloso de la batalla que estamos dando», reconoció al diario La Nación el ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli.
El jefe de gobierno Mauricio Macri decidió sumar a Edgardo Cenzón, un hombre de su confianza, para que intervenga en la gestión de Santilli, en el marco de la nueva licitación por la recolección de residuos porteños -de 30.000 millones de pesos por diez años de concesión-, las críticas por la acumulación de basura en las calles y los fuertes aumentos en el ABL.
Si bien la colocación de contenedores negros en el 63% de la Capital ordenó bastante el retiro de basura domiciliaria, la recolección tiene serias falencias operativas. Y si a esto se suma que muchos vecinos aún no asumieron el compromiso de retirar la basura en el horario permitido (de domingos a viernes, de 20 a 21), se explica que la ciudad siga tan sucia.
Los contenedores negros ubicados en el 63 por ciento de la Ciudad ordenaron mínimamente el retiro de basura domiciliaria y la recolección tiene serios problemas operativos. Además, la separación de residuos en orgánicos e inorgánicos todavía no se ve reflejada en las costumbres de los vecinos.
Lideran el ranking de barrios que generan más residuos Recoleta, Monserrat, Retiro, San Nicolás, San Telmo, Constitución y La Boca, donde en diciembre pasado, por ejemplo, se recolectaron 33.543 toneladas, el 25% por ciento de lo que generan los domicilios porteños por mes. El micro y macrocentro se caracterizan por la alta concentración de basura, ya que allí conviven frentistas, encargados de edificios, dueños de restaurantes y los cartoneros.
Fuente Redacción Z
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