Un informe realizado por Unicef Argentina advierte que el 15% de los nacimientos son de madres niñas o adolescentes, dato que se mantiene estable durante los últimos 25 años.
El relevamiento muestra también la desigualdad de oportunidades, el abandono escolar, la pobreza, el bullying y la violencia institucional hacia este sector de la población que representa 5 millones y medio de jóvenes de entre 10 a 18 años en el país.
«Para cada adolescente una oportunidad» es el nombre de la investigación. Unicef advierte que en Argentina los adolescentes «experimentan brechas entre el derecho formal y su ejercicio efectivo según el lugar donde nacen y las características socio laborales de sus hogares». Así, 1 de cada 2 jóvenes de entre 13 y 17 años vive en situación de pobreza por ingresos monetarios. La incidencia de la pobreza alcanza a 1 de cada 3 habitantes pero casi a 1 de cada 2 adolescentes. Esto afecta a 1 de cada 3 adolescentes en el sur del país pero a 1 de cada 2 en el NEA, Cuyo y Centro.
Asimismo, cerca de 4 millones de jóvenes asisten al nivel secundario, medio millón están fuera de la escuela y sólo la mitad de los que ingresan finalizan la escuela secundaria. Uno de los motivos más comunes para el abandono escolar es el embarazo. El informe añade que 3 de cada 10 estudiantes secundarios transita su escolaridad con sobreedad, como consecuencia de haber repetido años anteriores o de interrupciones durante su trayectoria escolar previa.
Entre las principales causas del abandono de las y los adolescentes de entre 15 y 17 años se observan: ingreso al mercado laboral (14%); dificultades económicas para sostener la cursada (8,8%); situación de embarazo o de cuidado de algún hermano/hijo menor (11,3%). Se destaca también un grupo significativo de jóvenes (29,6%) que afirmaron haber abandonado la escuela «por no considerarla necesaria o por no gustarle».
Una de las cifras más alarmantes tiene que ver con la maternidad adolescente: en Argentina, el 15% de los nacimientos son de madres en este rango de edad, dato que se mantiene estable durante los últimos 25 años. Así, de manera sostenida, unos 3.000 nacimientos al año corresponden a madres menores de 15 años. La agencia señala también que «cuanto menor es la edad de la madre, más probable es la existencia de abuso sexual y mayores los riegos de salud asociados para ellas y sus hijos».
Como en cada factor de riesgo, la maternidad adolescente es más frecuente entre sectores vulnerables y con menor nivel educativo. De hecho, casi la mitad de las afectadas está fuera del sistema educativo al momento de embarazarse y 1 de cada 4 madres adolescentes no logra completar la escuela primaria. En tanto, 1 de cada 10 abandonaron sus estudios por una situación de embarazo o de cuidado de algún hermano/hijo menor.
La estigmatización de los llamados ni-ni (ni estudian ni trabajan) suele no tener en cuenta factores que afectan fuertemente a este grupo de jóvenes: Unicef asegura que «una gran parte de las adolescentes se ven afectados debido a la sobrecarga de tareas domésticas y de cuidado que socialmente se les asigna». En ese sentido, detalla que 2 de cada 3 jóvenes (15-29 años) que ni estudian ni trabajan son mujeres que están realizando este trabajo invisibilizado y no remunerado de cuidado. Entre ellas, un 42,1% dejaron de trabajar o estudiar por esta razón, frente al 12,9% de los varones.
Ana De Mendoza, representante de Unicef Argentina, aseguró que «hay una visión estereotipada de los adolescentes en general. Casi nadie los ve como un potencial, como chicos y chicas que están en construcción y que son el futuro». En cuanto a los llamados ni-ni, reiteró lo que recoge el informe: «Estos jóvenes que no estudian ni trabajan en general son mujeres que están haciendo un trabajo invisible y no remunerado como es cuidar. Hay que cuestionarse un poco por qué esta visión tan negativa de los adolescentes, porque son gente que está trabajando y que además no está cobrando por ello».
Respecto a la cobertura social, la investigación recoge datos del Censo 2010, donde se observa que el 45% de los adolescentes cuenta con el sistema público de salud como única opción, alcanzando al 60% en algunas provincias.
La violencia física que sufren los adolescentes es otro de los datos preocupantes. A pesar de que sólo 1 de cada 25 adultos a cargo de los niños cree que se los debe castigar físicamente, 1 de cada 3 adolescentes entre los 12 y los 14 sufre castigos físicos de mano de sus padres y lo mismo sucede en 1 de cada 4 entre los 15 y los 17 años. Por su parte, 1 de cada 10 víctimas de trata para explotación sexual o laboral son menores de 18 años.
En tanto, por ser víctimas de abuso, violencia, abandono o trato negligente, 3.654 adolescentes de 13 a 17 años viven sin cuidados parentales en instituciones y familias alternativas.
La agencia de la ONU sostiene también que, «aunque los datos existentes son parciales, los adolescentes y jóvenes son las principales víctimas de la violencia institucional». Según datos relevados entre 2011 y 2015 hubo 207 víctimas menores de 18 años de edad de tortura y/o malos tratos en centros de detención de la provincia de Buenos Aires. Y sólo en 2015 «en la Ciudad de Buenos Aires se produjeron 347 denuncias por hechos violentos hacia niños, niñas y adolescentes por parte de las fuerzas de seguridad, cifra que muestra una tendencia de aumento respecto de los años anteriores».
El bullying ocupa entre los jóvenes otro lugar preocupante: según datos aportados de la UNESCO, Argentina lidera actualmente los rankings regionales de acoso escolar; 4 de cada 10 estudiantes secundarios admite haberlo padecido, mientras que 1 de cada 5 dice sufrir burlas de manera habitual.
Fuente Télam
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