Después de ser solistas. Después de más de trece años de ser un dúo. Después de dar vueltas por los principales festivales folklóricos del país, como Cosquín y la Serenata de Cafayate. Después de todo eso, el Dúo La Yunta (Gustavo Páez y Julián Humarán) sacan su cuarto disco, En el jardín de la ilusión, que significa un giro en su carrera.
Es la placa que reúne más composiciones propias, con un sonido de raíz folklórica, pero que se anima a un rap o a una bachata. Detrás de ese nuevo sonido estuvieron los productores Nicolás Guerrieri y Marcelo Predacino; este último trabaja con Abel Pintos, el artista de folklore que más creció en los últimos años.
A fines de mayo, los tucumanos, que acostumbran a participar de festivales consagrados pero también de los menos conocidos, llenaron La Trastienda. Antes del show hablaron con Diario Z del nuevo trabajo, de las canciones románticas y del proceso de grabación del disco, que se hizo en Ampimpa, una pequeña localidad en Tucumán, cercana a Amaicha del Valle.
“El disco se grabó con muchos músicos de nuestra edad y una parte se hizo en Ampimpa en los valles tucumanos. Quizás eso le dio una frescura distinta. El trabajo con los productores fue muy interesante. Les mostrábamos los temas y nos hacían devoluciones que siempre ayudaron a mejorar. Si no fuese por ellos, por ejemplo, quizá nunca nos hubiésemos animado a poner un rapero como en el tema ‘Ángel de mi camino’ o cosas así”, dice Páez.
El tema de promoción del nuevo disco se llama “Tu eterno enamorado”. Otras canciones son “Te he vuelto a ver”, “Tu amor” y “Tus lagrimitas”. En este trabajo, La Yunta se volcó a una tendencia creciente hacia el folklore romántico o como el mercado quiera llamarlo. “Puede parecer algo cursi, pero creo que la gente necesita más amor. Como dicen los Beatles: All you need is love”, dice, con una sonrisa, Humarán. “Además, fijate –agrega Páez– que las canciones hablan de distintos tipos de relaciones. Quizá no nos sentimos tan identificados con cosas a las que el folklore le cantaba hace unas décadas.
En el disco está el amor de hijo, el de un compañero o el de un amante, que no es correspondido. El folklore siempre le cantó al amor, desde la época de Daniel Toro en adelante”.
DZ/rg
Fuente Redacción Z
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