Muy pocos profesionales entienden qué es la sexología. “¿Qué cosa hacen los denominados sexólogos?”, se preguntan. “¿A qué se dedican? ¿Son médicos? ¿Son psicólogos?”.
Intentemos definirlo operativamente: la sexología es un salto cualitativo del saber biológico y psicológico. La sexología clínica es una convergencia de dos avenidas: la biológica –representada por los médicos– y la psicológica, representada por los psicólogos clínicos. Confluyen, en este mapa, otras calles, avenidas y pasajes, como la antropología, la sociología y la filosofía, que suelen definir “laberintos” de conocimiento que –en la mayoría de los casos– aclaran dudas, pero que en otros momentos, superponen datos y términos hasta confundir fenómenos y territorios.
Un sexólogo clínico fundamenta su conocimiento psicoterapéutico en la brevedad de su acción principal. Los problemas sexuales que se presentan en el consultorio así lo exigen. La estabilidad psíquica de hombres y mujeres muchas veces depende de la integridad funcional que haga efectiva el ejercicio sexual de la relación. En muchas oportunidades, las quejas sexuales vienen “envasadas” en la fragilidad del vínculo, la amenaza de separaciones y divorcios. Y no pocas veces, teñidas de tristeza, depresiones y abatimientos.
En esa sensación de urgencia y fragilidad, se requiere rapidez en el diagnóstico. Aquí, es importante subrayar una distinción clínica de primera magnitud: una cosa es la Queja y otra, muy diferente, es el Motivo de Consulta.
La Queja es la materia prima, el problema que trae al paciente a la consulta. Es lo que él ha “diagnosticado”, lo que lo hace padecer. Casi siempre se confunde esta instancia con el motivo de consulta. Pero no lo es.
La Queja es la materia prima que debe ser trabajada por el saber profesional para transformarse en el verdadero Motivo de Consulta.
El Motivo de Consulta será, en definitiva, la unión de la materia prima de la Queja con el saber profesional. Un ejemplo podrá ilustrarlo.
El paciente consulta por eyaculación precoz. El saber profesional interroga detenidamente al paciente sobre las circunstancias, los lugares y el tiempo. Del diálogo surge que nunca alcanzó a penetrar a su pareja.
La indagación del profesional pone en evidencia no sólo el problema eyaculatorio sino la dificultad en la erección que impide la penetración.
La eyaculación precoz (la Queja), entonces, por acción del instrumento del saber profesional, transforma la materia prima en disfuncionalidad eréctil. Ahora sí, entonces, el verdadero Motivo de Consulta.
DZ/rg
Fuente Redacción Z
Pingback: Donde confluyen el deseo, la frustración y la ciencia | Eyaculacion Precoz