Llegué al Multiteatro de la calle Corrientes para encontrarme con Diego Gentile. Con un futuro que brilla y tan apasionante como el hobbie que me contó durante la nota, Diego irrumpe en escena como lo hace desde hace cinco años y 1.600 funciones con Toc toc, a las cuales faltó una sola vez debido al estreno de Relatos salvajes, otro éxito que lo puso en boca de todos.
¿Alguna vez soñaste una obra de teatro con tanto éxito y continuidad?
Nadie del elenco lo esperaba. Es una obra que comenzamos en enero de 2011 como una comedia de verano y todos pensábamos ponernos a buscar trabajo en marzo, pero resultó una locura desde el primer fin de semana.
¿Qué es un TOC, Diego?
TOC significa Trastorno Obsesivo Compulsivo. Quiere decir que hay algo que no podés dejar de hacer y te rige la vida. Hay distintos grados y uno lo confunde fácilmente con las manías, pero es una enfermedad en serio. Manías tenemos todos, pero estos personajes no pueden salir de sus casas, les maneja la vida el TOC. Hay gente que nos llegó a contar que era la primera vez que iba al teatro porque no había salido de su casa en 10 años. Es muy fuerte lo que pasa. Me parece que esta obra surgió justo en un momento en el que mucha gente necesitaba verla, necesitaba empezar a no sentirse sola, a darse cuenta de que puede pedir ayuda,
Además, la obra está atravesada por el humor.
Es un combo muy importante: reírte e identificarte. La gente sale fascinada.
Una vez me contaste de la cantidad de series y películas que consumís.
¡No te das una idea de cómo crece esa dvdteca! Ahora, de hecho, hay una cadena que está liquidando películas y me llevo de a doce películas, ¡debo de tener como cinco mil DVD y sigo comprando! Me encanta. Me mudé en septiembre y mandé a hacer los muebles a medida para los DVD, me hice un cuarto de cine con el proyector.
Cuando encontrás uno nuevo, debe ser como encontrar un tesoro.
Al borde de que me salten las lágrimas. Encontrar películas que pensabas que estaban descatalogadas… Tengo una imagen mía, de la primera vez que fui a México de gira con Teatro para pájaros, de Daniel Veronese; todo el grupo se fue a conocer la casa de Frida Kahlo y yo me quedé comprando películas. De golpe, me vi agarrando una especie de changuito de cuatro patas y apilando los DVD, mientras con una calculadora hacía la conversión. Me traje más de 70.
¡Uno tiene que hacer lo que le gusta!
Además es para compartir. Me encanta que vengan mis amigos a ver películas, es parte del evento.
¿Y cómo empezó toda esto?
Laburando en un videoclub, de chiquito, a finales de los 80. Vivía en Floresta y se estaba por abrir el primer videoclub a la vuelta de mi casa. Tenía diez años y pasaba todos los días a preguntar cuándo abrían, hasta que me hicieron socio 001 y después les divertía que vaya y le recomendara películas a la gente. Al principio, me empezaron a pagar con películas. Nos tirábamos unas frazadas en la cocina y nos pasábamos todo el fin de semana con mi familia y la videocasetera caliente de ver doce películas.
¡Me encanta esta historia! Además, ahora, estás con un unipersonal.
Se llama Matar cansa, de Santiago Loza. La dirige Martín Flores Cárdenas. Se trata de un fanático de un asesino serial, un personaje totalmente vacío que admira el fuego que le hace llevar a cabo a ese asesino las cosas que hace. Una obra que despierta muchas preguntas, muy perturbadora y que tiene un humor muy negro.
¿Y en la tele?
Estuve grabando dos miniseries de la Televisión Digital Abierta (TDA). Una se llama Todos comen, y es sobre un restaurante que cierra y los empleados lo hacemos cooperativo. La otra se llama En vuelo, que trata de los distintos personajes y sus historias a bordo de un avión.
¿Te siguen hablando de Relatos salvajes?
¡Sí! Ahora se estrenó en Transilvania, y me mandan los afiches, las fotos. Es una locura. Me escribe gente de todos lados. Es como eterna la película, abrió un camino divino.
A demás el personaje que haces vos es brutal. Tu pareja con Érica Rivas…
Esa historia es un gran logro de Damián Szifrón, además de toda la película, que es contar en media hora el vínculo de esa pareja.
Hay una escena, cuando ustedes están bailando el vals, en la que ella te pregunta: “¿Quién es ésa de pelo largo?” y vos ponés cara de nada, ¡que es excepcional! Es la cara de cuando hombre está mintiendo.
Una cara de “sé todo lo que está por venir”.
¿Cómo sigue tu trabajo?
En septiembre, me voy a Filadelfia a filmar con el Chino Darín una película. Se va a llamar El virus de azul y es un caso de los años 80 sobre una estafa. Somos dos estudiantes argentinos que vamos a investigar sobre ese tema en Filadelfia.
Y ya que hablamos de viajar, ¿cuáles son tus lugares en Buenos Aires?
Amo San Telmo, cualquier día de la semana, esos bares viejos, esas calles empedradas; voy a la Boca cada tanto, también. Me gusta ir a comer a restaurantes peruanos después de la función. Siempre es un plan. Rawa o Chan Chan son mis preferidos. El Museo Evita me encanta, y el cine Lorca es lo más de lo más por su programación y su estructura.
Y como me dijiste que te vas a Filadelfia, yo te voy a conectar con un amigo que acaba de volver de allá y te va a ayudar.
Me encanta, Teté, porque siempre me tirás data. Sos la “Tetepedia”.
• Toc toc. Miércoles a domingo en Multiteatro, Corrientes 1283. Entradas desde $350.
DZ/sc
Fuente Redacción Z
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