Antes de fin de año la el gobierno porteño abrirá siete pasos bajo nivel, según publicó el diario Clarín. AUSA, la empresa estatal encargada de las autopistas y obras de vialidad, confirmó el dato. Las construcciones en marcha son el viaducto de la avenida Federico Lacroze y los túneles de las calles Olazábal, Superí, Ceretti, Altolaguirre, Zamudio y Pacheco.
El de Lacroze es uno de los más importantes. La obra junto a la estación Colegiales comenzó el 16 de enero y consiste en la construcción de un túnel de 4,30 metros de alto y 267 metros de largo entre las calles Conesa y Amenábar. Será habilitado en el último trimestre del año, y a la par se cerrará el paso a nivel provisorio que abrieron en la calle Olleros. Esta obra fue pedida por vecinos y comerciantes de la zona, para eliminar la molesta barrera de Lacroze que complicaba mucho el tránsito.
Otras construcciones importantes son las de Olazábal y Superí. En el primer caso se abrirá el terraplén del ferrocarril para continuar la calzada, mientras que en Superí se ampliará el puente del tren para ensanchar la vía y que pase de uno a tres carriles. El trabajo incluye obras hidráulicas porque es zona de inundación.
Pero la construcción de los pasos de Olazábal y Superí tuvo otra característica, común a varios de los túneles hoy en obra: fueron rechazados por los vecinos, y hasta estuvieron parados cerca de un año por un amparo judicial. La gente no los quería porque temía que sus calles se convirtieran en un caos con tránsito permanente, y además aseguraban que estos túneles, llamados sapitos , no traerían un beneficio concreto, ya que no servirían para eliminar barreras porque sólo iban a poder ser utilizados por autos y ambulancias, no por colectivos o camiones.
dz/lr
Fuente Redacción Z
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