El blindaje mediático que protege al jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, tapó el accidentado inicio de clases en el sur de la ciudad y silenció las luchas de la comunidad educativa en la Comuna 4, que comprende La Boca, Barracas, Parque Patricios y Pompeya. A los viejos problemas de infraestructura y la persistente falta de inversión, se les sumaron los desmadres del sistema de inscripciones online que cristalizó la espeluznante falta de vacantes, la implementación de aulas container y la pelea por la conversión de edificios ociosos en establecimientos educativos.
Familias y docentes que siguen apostando a la escuela pública se organizaron y pelearon por el derecho social a la educación junto a los comuneros del Frente para la Victoria, organizaciones políticas y la UTE. Con radios abiertas, abrazos, murales y movilizaciones que acompañamos como militantes y representantes comunales para que el gobierno atienda esta situación que dejó a miles de pibes en un paro permanente, batallamos contra las consecuencias del persistente desfinanciamiento presupuestario de la educación porteña.
Es así que se articularon las demandas de nueve escuelas de la zona. Codo a codo y espalda con espalda frente al PRO, se construyó una agenda de trabajo que contempla la creación de nuevas instituciones de educación inicial, plazos claros para las obras públicas que se ejecutan en las escuelas y ámbitos de participación.
Tal es, en definitiva, el rol de los comuneros: asumir la articulación de la demanda para visibilizarla y ser parte de la solución de los problemas. Las mesas de diálogo y la expropiación de un inmueble para la creación de una escuela, iniciativa cultivada en el conflicto, convertida en proyecto de ley por el kirchnerismo en la Legislatura y votada por unanimidad en el recinto porteño, constituyen hitos para los que no se rindieron a las políticas expulsivas que aplica el macrismo en la educación pública.
Lamentablemente, nada de esto se pudo realizar desde la Junta Comunal porque funciona bajo el ritmo de la mayoría del PRO, que sólo se reúne mensualmente y carece de actividad diaria por la compartimentación de la gestión del oficialismo.
Sin embargo, el compromiso y la acción de los que no abandonan sus convicciones perforaron la indiferencia del gobierno y sirvieron para que los vecinos se alzaran con victorias locales contra una política distrital nefasta.
Con una mirada global de la situación, un claro anclaje político e ideológico y una articulación en la acción con cada comunidad educativa, podemos mejorar las condiciones de vida de nuestros vecinos. Paso a paso, podemos dar vuelta la taba.
DZ/rg
Fuente Redacción Z
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