Diez mesas, diez hombres, diez mujeres y ocho minutos para conocer al amor de tu vida. El speed dating (o citas rápidas) es un sistema ideado para encontrar pareja de una manera distinta y hasta divertida. Es un clásico en Estados Unidos desde los años 90 (aparece en capítulos de Sex and the City y de Los Simpsons) y desde hace unos años se instaló también en Buenos Aires.
“Nosotros hacemos tres encuentros por mes, los sábados. Cuando arrancamos venían 10 personas, hoy entre 60 y 70 por noche”, cuenta Santiago Calle, organizador de 10en8, un sitio de citas rápidas que nació en 2004.
Actualmente, hay tantos estilos de speed dating como países que lo practican y cada uno fue encontrando la manera y el formato que mejor les sienta. El formato general es más o menos así: las parejas charlan por ocho minutos, suena una campana, se anotan las impresiones y se pasa al que sigue para hacer lo mismo.
En 10en8, por ejemplo, los eventos se anuncian en la web, donde se paga la inscripción y se paga el costo (entre 300 y 360 pesos, sin consumición). Las citas se organizan por rango de edad, nivel de estudios, personas con o sin hijos, etc.). La información del lugar y la hora del encuentro se envía por e-mail. Una vez allí, los organizadores entregan una tarjeta a cada participante para que califique a sus encuentros y comienza la ronda.
“La tarjeta que entregamos tiene tres opciones”, cuenta Santiago y detalla: “Una es ‘me encantaría volver a ver a esta persona’, otra es ‘amistad‘, es decir, me cayó muy bien pero para ser amigos y la tercera es ‘completamente sin afinidad’”. Una vez finalizado el evento, 48 horas hábiles después, los concurrentes podrán ver los resultados de la noche en la web del sitio. Si hubo coincidencia, se les pasará a ambos el nombre y el teléfono para contactarse. Si la coincidencia fue “de amistad”, sólo se les informará el e-mail. En cambio, si hubo cero afinidad, no se facilitará ningún dato de contacto.
Los eventos de speed dating duran aproximadamente tres horas y se realizan en diferentes bares de Palermo como Oliver, Sugar, Buda Bar o La Tiberina, entre otros. En el caso de 10en8, los encuentros no incluyen comida ni consumiciones, pero otras alternativas, como Singles Club, ofrecen servicio de catering. En su sitio web anuncian: “Cenas de primer nivel en las que propiciamos el despliegue de los encantos personales y valores humanos más allá de la exhibición de la belleza física”.
Lejos de la virtualidad de las redes sociales, las citas rápidas son el centro de la escena, haya o no comida. “La primera vez que me animé fue para acompañar a una amiga”, cuenta Mariana, una abogada de 38 años que llegó al speed dating con desconfianza. “Al principio te da un poco de vergüenza, pero después es re natural. Es como una salida a un boliche. Fui solamente dos veces y me volví a encontrar con gente que conocí ahí. Cuando le pregunté a mi amiga por qué iba me contestó: ‘¿por qué no?’. Les recomiendo a los solteros que se animen a hacerlo”.
DZ/dp
Fuente Redacción Z
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