El Día del Padre, en la Argentina, se celebra desde 1958, pero en homenaje a José de San Martín, Padre de la Patria. En 1960 se resolvió que se festeje a todos los padres que habitaran el país y se fijó, tan amorosa como comercialemente, la fecha para el tercer domingo de junio.
Padres cariñosos, fríos, presentes, ausentes, heroicos, que viven en su propio mundo, metiches, valientes, cobardes, que necesitan ayuda, que la brindan, que son parte de familias diversas o tradicionales, que van por fuera de la norma o que la cumplen a rajatabla. Actualmente, hay tantas opciones paternas como familias.
La corbata o la máquina de afeitar, como cliché del regalo, hace rato quedaron atrás. El tercer domingo de junio se dedica a los padres, pero para celebrar con ellos y pensar en su rol. Acá ocho películas que muestran formas muy diversas de ser papá, y que son ideales para ver y pasar un buen rato en familia.
1. Kramer versus Kramer. 1979.
Cuando la que se va es la madre y el que queda a cargo es el padre, la sociedad, pero también la familia, se conmocionan. Por qué sería más heroico que el varón sea el que tenga que lidiar con la crianza en soledad y nunca se ve así cuando eso le pasa a la mujer. Qué pasa cuando una madre se va, deja todo atrás, porque necesita un espacio para entenderse, y entender qué hacer.
Este clásico del cine familiar, dirigido por Robert Benton y protagonizado por Dustin Hoffman y Meryl Streep, da cuenta de todo eso. A Ted Kramer, un ejecutivo de publicidad, lo abandona su esposa y entonces descubre que tiene un hijo, y se ve obligado a hacerse cargo de él por primera vez. Ted, deberá conquistar el afecto del niño, a quien había prestado hasta entonces poca atención, mientras, como muchas mujeres, llevar adelante todo solo y sin ayuda, ser padre y madre a la vez, y eso sin descuidar su carrera profesional.
¿Difícil? Sí, pero no imposible. ¿Injusto? Sí, ¿pero desde qué punto de vista? Lo que aprende Ted, además de a relacionarse con su hijo, es a valorar la tarea oculta y secreta hasta entonces para él (como para mucho aún hoy) de los cuidados domesticos y la maternidad.
2. Star Wars: Episodio V – El Imperio Contraataca. 1980.
Tres años después de rockear las cabezas del mundo con el inicio de la saga, el Episodio IV de La guerra de las galaxias, George Lucas se abocó a la producción y delegó la dirección a Irvin Kershner. Tras la destrucción de la Estrella de la Muerte, Han Solo, la princesa Leia, Luke Skywalker y el resto de la Alianza Rebelde se refugian en el planeta helado de Tattooine, donde no parece haber vida. Las tropas imperiales, bajo el mando de Darth Vader, emprenden una búsqueda incansable para encontrarlos.
Las segundas partes a veces sí son buenas. Y este es el caso. En El Imperio Contraataca nos enteramos que Darth Vader es el padre del joven Jedi Skywalker y, aunque nadie pueda creerlo, a pesar de que es un clásico, en la película nunca nadie dice el mítico “Luke, yo soy tu padre”. Acá va el textual original:
Darth Vader: Obi-Wan never told you what happened to your father (Obi-Wan nunca te dijo qué le pasó a tu padre).
Luke: He told me enough. He told me you killed him (Me dijo lo necesario. Me dijo que lo mataste).
Darth Vader: No. I am your father (No. Yo soy tu padre).
3. Billy Elliot. 2000.
La historia sucede durante la huelga de los mineros de Gran Bretaña, entre 1984 y1985. Un mundo endurecido y desesperado en el que un niño de 11 años, Billy Elliot (Jamie Bell), descubre su amor por la danza y choca contra la realidad, propia, familiar y social, al tratar de convertirse en bailarín de ballet profesional. Dirigida por Stephen Daldry, y protagonizada por el fabuloso Jamie Bell, la película habla, también, de la relación entre un padre y un hijo que lidian con la hosquedad base de la virilidad y la superan.
Jackie (Gary Lewis), el padre de Billy, es un minero rudo, y está empeñado en que su hijo sea boxeador. Pero en el gimnasio Billy queda prendado de la clase de ballet de la señora Wilkinson (Julie Walters), que lo anima a participar, y a partir de ese momento, por la persistencia de la maestra, y el talento del alumno, cambia la vida de todos.
En la escena final se puede ver a un Billy ya adulto, a punto de estrenar su primer ballet protagónico, con su padre emocionado en la platea. El pequeño papel lo hace Philip Mosley, figura de la danza inglesa y en quien está inspirada la historia de Billy Elliot.
4. Buscando a Nemo. 2003.
El pez payaso Marlin perdió a su esposa y a futuros hijos por el ataque de un enorme pez, pero logra salvar un huevo, del que nace Nemo. Temeroso de que se repita la tragedia, el padre sobreprotege demasiado a su pequeño. El hijo, un poco ahogado y en un intento de probar su libertad, se aventura mar adentro y, claro, se pierde. La búsqueda del hijo es la película, que fue el último trabajo de Pixar, pioneros de la animación, y una de las más taquilleras de la historia.
Literalmente para grandes y chicos, acá algunos de los guiños para buscar, si no los vieron la primera vez:
-El ataque de las gaviotas imita planos de Los pájaros, el clásico de Alfred Hitchcock, y cada vez que aparece Darla, la sobrina del dentista en el acuario, ponen la música de Psicosis.
-Cuando el tiburón Bruce persigue a los protagonistas abre un boquete en el barco hundido y dice “Acá está Bruce”. Es una referencia a la escena más aterradora de El resplandor (Stanley Kubrick), cuando Jack Nicholson rompe la puerta y asomado por el agujero grita “Here’s Johnny!”
-La canción que canturrea Ray, el profesor, es la que entonaba Kirk Douglas en 20.000 leguas de viaje submarino, de donde por cierto sale el nombre Nemo.
5. Beginners. 2011.
Después de 44 años, Hal (Christopher Plummer) queda viudo y el cimbronazo lo hace replantearse su vida, vivirla realmente. Reconoce ante sí mismo, y le declara al mundo su homosexualidad. Y se divierte, y se enamora. Su hijo, Oliver (Ewan McGregor), es un dibujante neurótico, modernamente incapaz de mantener relaciones duraderas. Conoce a Anna (Mélanie Laurent) cuando le toca cuidar a su padre, que tiene cáncer, y el combo de todo lo obliga a poner a prueba sus taras y reticencias.
Todo suena a tristeza, infinita tristeza. Y es, de alguna forma, lo que trasluce de esta película escrita y dirigido por Mike Mills, que se basó en su propia historia con su padre para contar esto. Pero también es más. Belleza, luz, amor. La estética, el humor y las buenas actuaciones son los ejes sobre los que se asienta la película.
6. Volver al futuro. 1985.
Las aventuras de Marty McFly (Michael J. Fox) a través del tiempo son un clásico que, pocos se detienen a pensar, hablan de la relación de un hijo con su padre, y la construcción de la confianza en él, y en sí mismo. Es cierto que la relación más paternal es la que tiene con el profesor, Doc (Christopher Lloyd), pero el descubrimiento y crecimiento lo hacen los McFly.
Robert Zemeckis reinventó las travesías temporales que ya ideara H.G. Wells en su célebre novela La máquina del tiempo y el resultado fue este fabuloso cóctel de acción y comedia, con un guión milimétrico que permitió exprimir la saga sin hacer agua ni una vez. El actor que hace del padre (Crispin Glover) se peleó con el director y por eso no aparece en las otras Volver al futuro. Aún así, no se nota y todo funciona.
7. El Gran Pez. 2003.
Con guión de John August, a partir de una novela de Daniel Wallace, Tim Burton entrecruza hábilmente el presente, en que Will Bloom acompaña en el lecho del dolor a su padre Ed, gravemente enfermo, con un pasado de relatos tan hermosos como increíbles. Estas fábulas, escuchadas una y mil veces, se fueron tapando la verdadera angustia del hijo que ve que no conoce de verdad a su padre, y se le acaba el tiempo.
Aunque en El Gran Pez es el eje central de la trama, la ausencia del padre es un tema clave en la filmografía de Burton, y casi siempre aparece de algún modo en su obra. Por ejemplo en las dos primeras entregas de Batman, cuando se recuerda la trágica muerte de los Wayne frente al pequeño Bruce. También en Edward Scissorhands, por medio de la relación del protagonista y su creador, encarnado por Vincent Price, que lo deja huérfano y sin terminar.
8. Boyhood. 2014.
Dirigida por Richard Linklater y protagonizada por Patricia Arquette, Ellar Coltrane, Lorelei Linklater y Ethan Hawke, la película fue filmada a lo largo de los 12 años que abarca la trama. Así que cuando crecen (o envejecen) los personajes, es porque lo hacen los actores. Está basada en experiencias de la infancia del director, y Arquette se ganó un Oscar a la mejor actriz de reparto, apenas un galardón menor para la tarea titánica y hermosa que llevó adelante.
Se llama Boyhood porque es un viaje a la niñez a través de la vida de Manson, desde los 6 hasta los 18 años, pero también podría haber sido Motherhood, porque es su madre la que durante este periodo lleva adelante a la familia, y lidia con la ausencia de un padre infantil que aparece cada tanto, sin perder el norte en el intento de hacer también su vida, mientras cría a su hijo, y también a su hija, dos años mayor.
Cambios, mudanzas, relaciones que se tambalean, noviazgos, casamientos, separaciones, cambios de colegios, enamoramientos, desilusiones y finalmente pasar a la adultez. Todo eso le pasa a Mason, y a su madre, en su propia vida, no como proyección. Y así, esta madre-padre, crece a la par de su hijo, que se convierte en un buen hombre.
Fuente Redacción Z
0 Comentarios
Sé el primero en dejar un comentario!