Más allá de lo que significó Cemento para Los Redondos, ese templo de Omar fue el lugar donde todos los extraviados fuera de los límites de las convenciones que gobernaban la cultura encontraron la atmósfera apropiada para descorchar sus bellezas”, señala el Indio Solari en la contratapa de Cemento, el semillero del rock (Gourmet Musical). El libro está repleto de entrevistas a las principales figuras del rock argentino, anécdotas de primera mano, fechas, datos y hasta memorabilia de los recitales más recordados de ese lugar donde se escribieron páginas fundamentales del punk, del heavy metal, del under y tuvieron lugar míticas performances teatrales. Diario Z entrevistó a su autor, Nicolás Igarzábal, que nació el mismo año en el que Omar Chabán abría las puertas de Cemento y recuperó una historia coral que merecía ser contada en boca de sus protagonistas.
Sos de una generación que vivió los últimos años de Cemento. ¿Qué te atrajo para escribir su historia?
Quería cerrar mi historia con el lugar, tratando de reconstruir lo que no había vivido. Empecé a frecuentarlo a finales de los 90 y ya era legendario. Quería saber más, derribar mitos, recabar historias de todas las épocas. Mientras más investigaba, más cosas quería averiguar y más meticulosa se volvía la búsqueda. Apunté a las cosas imprescindibles, pero también sumando otras por fuera de lo obvio (shows de La Mona Jiménez, el de Damas Gratis y Fidel Nadal, la ópera punk de Los Violadores, el Réquiem para Mozart).
¿Qué pasaba en Cemento que no pasara en otros lugares?
Tenía cierta espontaneidad y esa lógica de lo impredecible donde reinaba la sensación de que siempre podía pasar algo. Ahí se agarraron a piñas todas las tribus urbanas, se organizaron festivales solidarios, se hicieron ollas populares, se formaron parejas (Erica García conoció a Mollo en un recital de Divididos en 1989), amigos, ¡y hasta bandas! Era un punto de encuentro clave, iba todo el mundo. Era el Facebook de antes, dice El Cabra de Las Manos de Filippi.
¿Qué impresión te quedó de tus entrevistas con Chabán?
Habrán sido diez encuentros. Primero lo iba a visitar al Santojanni y después a su casa, cuando le dieron prisión domiciliaria. Se armó una muy linda relación, era como juntarse con un abuelo que te contaba sus épocas de oro. Charlas muy graciosas, donde te hablaba de teatro, cine, series, libros y música. Volvía con mucha data encima. Un tipo muy lúcido y muy agudo.
¿Cuáles son tus tres anécdotas preferidas sobre Cemento?
Cuando Luca Prodan subió a cantar “Criminal Mambo” con Los Redondos en 1987, que Nico Landa (líder de Los Animalitos, ex Auténticos Decadentes) haya hecho su fiesta de casamiento en Cemento y que los Queens of the Stone Age hayan vendido solamente 144 entradas en su show de 2001.
¿Qué desapareció con Cemento?
La mística, el delirio, el riesgo, ¡y la cerveza barata!
DZ/nr
Fuente Redacción Z
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