La discusión acerca de la negativa de aceptar la transferencia del Subte por parte del ingeniero Macri y los inverosímiles incrementos en el Impuesto Inmobiliario – ABL- , le dan vigencia y actualidad a la discusión sobre la política fiscal de la Ciudad.
La fenomenal ampliación de los recursos como consecuencia de la expansión ininterrumpida de la actividad económica, a la que se suman una política de liquidación de activos públicos y un incremento más que proporcional de la deuda nominada en dólares, genera una importante disponibilidad de fuentes financieras en la Ciudad. Esta condición posibilita planificar un verdadero shock de inversión pública en áreas estratégicas. La participación del Poder Legislativo y con los Consejos Comunales es clave en ese diseño. Pero para ello estos poderes deben contar con la información precisa acerca de la situación presupuestaria. En enero de 2012 se hizo efectiva la colocación de la Serie Nº 9 de los Bonos Tango por U$S 415 millones.
La autorización estaba vigente por Ley Nº 3894 y su modificatoria Nº 4037, por U$S 300 millones para la renovación de vencimientos de la deuda, más U$S 200 millones para inversiones en infraestructura a realizarse bajo la órbita de varios Ministerios.
En la información que surge de la Ley de Presupuesto, esos U$S 415 millones no figuran como fuente de financiamiento, ni en forma general para pagar amortizaciones de la Deuda Pública, ni en forma específica para obras de infraestructura. De esta forma, por lo tanto, hay fuentes de financiamiento adicional por $1.800 millones, aproximadamente.
En algún momento de los próximos meses el Ejecutivo deberá enviar un proyecto de ampliación presupuestaria que incorpore los aumentos salariales, el incremento en el valor de algunos contratos de servicios públicos, la mayor recaudación por sobre lo previsto, y los recursos obtenidos por la colocación de la Serie Nº 9 de los Bonos Tango. Ante la pregunta el Ejecutivo responde de manera imprecisa que estos fondos ya están asignados, en franca contradicción con el detalle presupuestario. Quizás estén respondiendo que se asignarán esos recursos a los fines específicos que plantea la autorización legislativa. Pero la situación no cambia: esa operatoria liberaría el financiamiento que ya tiene ese gasto, por un monto igual.
La inquietud es: cuánto de ese recurso financiará el Gasto Corriente con destino a proveedores, cuánto irá a parar a nuevas obras de infraestructura y quién definirá las prioridades?
DZ/km
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