Tanto la oposición como el oficialismo señalan que uno de los puntos donde más se trabará el debate del presupuesto tiene que ver con el aumento del ABL, con que el gobierno porteño pretende recaudar 953 millones de pesos extra durante 2012. «La ciudad de Buenos Aires tiene un esquema para dotarse de recursos fiscales sumamente regresivo, donde el 68 por ciento se incorpora a las arcas porteñas gracias a lo que recauda sobre ingresos brutos, que son impuestos a las transacciones o a la producción, y sólo el seis por ciento merced al ABL, que es el gravamen a la riqueza», señala Mariana Rivolta, especialista en presupuestos y asesora del legislador del GENMartín Hourest.
En la Legislatura existe un amplio consenso acerca de la necesidad de un aumento del gravamen y señalan que existe un sistema que ha quedado desfasado con muchos inmuebles subvaluados. Los criterios acerca de cómo se hará ese ajuste es lo que provoca contrastes. Para Gonzalo Ruanova, legislador de Nuevo Encuentro, «es sorprendente que el gobierno porteño aún no tenga un mapa digital para saber el precio real del suelo de cada propiedad. Lo que proponen con este incremento es un aumento del 70 por ciento para todos por igual ya que se basa en aplicar un sistema de promedios para cada zona. No se puede equiparar una propiedad en Montes de Oca al 300, en Barracas, con otra que está ubicada a pocas cuadras, como puede ser Regimiento Patricios al 300 ya que ambas tienen un valor muy distinto a pesar de que están en la misma zona. Hay muchas fluctuaciones en el valor de las propiedades, incluso dentro de un mismo barrio. Por eso hay que hacer un ajuste intrazona».
En 2008 el Gobierno de la Ciudad aplicó un aumento de hasta casi el 300 por ciento en este tributo. Durante su implementación, para mitigar inequidades dividió a la Capital Federal en 82 zonas. Sin embargo, días atrás, Carlos Walter, director de la Agencia de Ingresos Públicos (AGIP), organismo a cargo de la recaudación del impuesto, informó que la tasa de ABL estaba rezagada respecto a otros impuestos.
Para Martín Ocampo, legislador del PRO, «el aumento mejora las ecuaciones de equidad en el impuesto. Hay personas que pagan por propiedades que en el mercado tienen el mismo valor, precios absolutamente disímiles. La distorsión llegó a tal punto que en 2011 se va a recaudar menos que lo que se recauda por las patentes de los autos. Los coches se valorizan o desvalorizan gracias al mercado pero las propiedades siguen congeladas. Si se compara a la Capital Federal con cualquier otro distrito del país, las diferencias son abismales. Por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires, en Escobar, se paga 17 veces más que un inmueble del mismo valor ubicado en la Ciudad. corregir esta distorsión es poner en crisis todo el sistema tributario de la Ciudad».
Actualmente el presupuesto tiene tres pulmones fiscales fundamentales para engrosar las arcas porteñas: ingresos brutos; patentes y ABL.
El primero de ellos aumenta por el crecimiento de la economía y la inflación; el segundo por el valor de los vehículos, y el ABL sólo a través de una norma legislativa. Así, si bien el está discriminado dentro del proyecto de presupuesto, se requiere de una ley propia para implementar cualquier aumento, según la legislación porteña. Se trata de una de las llamadas leyes tarifarias, que según establece la legislación, requiere de los votos de la mitad más uno del cuerpo legislativo.
El impuesto de ABL es uno de los llamados «tributos a la riqueza» que viene muy atrás respecto a Ingresos Brutos que se lo denomina «impuesto a la producción».
«Un sistema justo no es aquel que sólo atiende a cómo se distribuye la riqueza sino también a quién se le cobra. Es una cuestión de justicia distributiva», remata Ocampo.
DZ/km
Fuente Redacción Z
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